Según los expertos, en los 18 millones de años antes del impacto del asteroide que puso fin al período Cretácico y los 4 millones de años posteriores al comienzo del período Paleógeno, los dinosaurios estaban atrincherados en nichos ecológicos estables para los que estaban bien adaptados, encontraron los investigadores.

«En otras palabras, los dinosaurios fueron derribados en su mejor momento», dijo el ecologista Jorge García-Girón de la Universidad de Oulu en Finlandia y la Universidad de León en España y líder del estudio.

Así, los dinosaurios se estaban volviendo fuertes, con ecosistemas estables, justo hasta que el asteroide los mató repentinamente. Además, los mamíferos no solo se aprovecharon de la muerte de los dinosaurios sino que obtuvieron una ventaja al diversificar sus dietas, hábitats y patrones de comportamiento con el tiempo. Gracias a ello, pudieron sobrevivir a las condiciones extremas que se produjeron por el impacto del asteroide.

“Entonces, no fue simplemente que los mamíferos se aprovecharon de la muerte de los dinosaurios, sino que estaban creando sus propias ventajas, lo que los preadaptó ecológicamente para sobrevivir a la extinción y mudarse a los nichos que dejaron vacantes los dinosaurios muertos”, apuntan los expertos.

Después de la extinción masiva, surgieron, incluidos muchos placentarios, el grupo que da a luz a crías bien desarrolladas, que abarca a la mayoría de los mamíferos actuales, desde ballenas hasta murciélagos y desde osos hormigueros hasta humanos.

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