El Día del Amigo en Argentina se celebra el 20 de julio y es gracias a una iniciativa llevada adelante por un hincha de Gimnasia. Se trata de Enrique Febbraro, quien a sus 55 años decidió inspirarse en la llegada del hombre a la luna, para establecer la celebración del día de la amistad. 

Febbraro fue profesor de psicología, historia, músico, se doctoró en odontología, estudió filosofía, trabajó como periodista y como locutor de radio. Era costumbre para él, repasar en la emisora las fechas patrióticas, militares, políticas, y fue en la década del ’60 que empezó a proponer la idea de festejar la amistad.

Así fue como en 1969, el 20 de julio, eligió el hecho del primer paso del hombre en la Luna, para tomarlo como un lazo de amistad. De esa manera, comenzó a difundir su idea y encontró aceptación. Enrique escribió miles cartas antes de aquel 20 de julio y las mandó a diferentes ciudades del mundo mediante el Rotary Club, del cuál él era parte y había unas 150 sedes en todo el planeta. Y para su sorpresa, recibió 700 respuestas apoyando su iniciativa.

Tres años después de la llegada del hombre a la Luna, firmó el registro de la propiedad intelectual por su invención y lo donó al Rotary Club como símbolo de fraternidad, logrando así un grado de oficialización, no esperado en un principio. 

De acuerdo con lo publicado por El Editor Platense, Enrique Febbraro era hincha de Gimnasia, aunque no vivió en La Plata. Se hizo Tripero gracias a su papá, quien fue arquero del Lobo y de chico lo hizo establecer un fuerte vínculo con la institución. Alguna vez, Febbraro declaró: «Los recuerdos son hermosos. Mi viejo sí que era fanático, y varias veces me llevó al Bosque. Cómo olvidarlo, la verdad que me emociono con todo aquello. Tengo simpatía por los dos, también por Racing, pero mi primer equipo fue y seguirá siendo Gimnasia»

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Febbraro falleció en 2008 y fue nominado dos veces al Premio Nobel de la Paz. Entre sus recordadas frases, se destaca una que siempre repetía: «Los amigos deben poder señalarse por los dedos de la mano izquierda. Si usted tiene cinco amigos, dése por satisfecho porque ha conseguido la mayor joya. Eso de que yo quiero tener un millón de amigos es el bolazo más grande que escuché, porque al amigo hay que atenderlo en las cosas de la vida, hay que acompañarlo en el espíritu, hay que serle generoso, recordarlo, visitarlo y estar junto a él no sólo para las fiestas, sino siempre».

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