La primera explosión de nuevas formas de seres vivos tuvo forma de pequeñas conchas y caparazones, razón por la cual se la conoce como la Pequeña Fauna con Conchas o SSF (del inglés, Small Shelly Fauna). Esta es la primera vez que vemos en el registro geológico fósiles de esqueletos duros, mineralizados: conchas, espículas, cápsulas, tubitos… Algunos interpretados como caparazones o conchas individuales de organismos de pequeño tamaño, otros como pequeñas partes de organismos mayores. Y por el parecido de estos pequeños elementos con los que tienen animales actuales, podemos sugerir que algunos de estos animales pudieron parecerse a esponjas o moluscos, pero la mayoría de ellos son de afinidades desconocidas.

Pero sin duda, el principal yacimiento responsable de la fama de la explosión cámbrica es el de Burgess Shale, cuyos fósiles datan de un poquito más adelante, del Cámbrico medio, hace unos 530 millones de años. Se trata de uno de esos yacimientos que los paleontólogos llamamos “de conservación excepcional” porque conservan impresiones de las partes blandas de los animales, e incluso de cuerpos completos. Entre las lajas de este yacimiento se ha recuperado una gran cantidad de fósiles. Algunos de ellos son identificables como grupos que siguen viviendo hoy en día, como los moluscos, los artrópodos, los anélidos o gusanos, las esponjas, o los cordados (grupo en el que nos incluimos los vertebrados). De hecho, el primer cordado encontrado en el registro fósil, un pariente lejano nuestro, es un animalito semejante a una angula llamado Pikaia, que ya poseería una especie de varilla llamada notocorda (el ancestro de nuestra columna vertebral) y paquetes musculares a ambos lados de ésta con los que nadar eficientemente.

Mirá También:  Segunda dosis: un estudio publicado en Nature afirma que si se prolonga el intervalo, se generan más anticuerpos

Pero si siempre hablamos de que la radiación evolutiva de este periodo no tuvo precedentes, es por la cantidad de formas nuevas que aparecieron en este momento, especialmente las que no han llegado a nuestros días. Aparecieron grupos de moluscos o artrópodos que se extinguieron tiempo después sin dejar descendencia. E incluso grupos enteros de animales que sólo hemos podido conocer por el registro fósil. Por ejemplo, hablando sólo de los artrópodos (grupo al que pertenecen los insectos o los crustáceos entre otros) este es el momento en que aparecen los primeros trilobites (artrópodos que dominaron las faunas marinas durante toda la era Paleozoica) pero también formas mucho más extrañas, como el depredador Anomalocaris, provisto de aletas, dos grandes ojos, dos grandes apéndices articulados con los que atrapar sus presas, y una boca circular.

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *