Un verdadero escándalo se vivió este martes en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, donde una agrupación relacionada con Sergio Berni se enfrentó con golpes de puño e insultos con miembros del Centro de Estudiantes, quienes son parte de la histórica Agrupación Rodolfo Walsh.
Los que protagonizaron el hecho e iniciaron el conflicto conforman la denominada “La Walsh Nueva Generación”, una facción disidente del oficialismo, que tiene como referente a un funcionario del ministerio de Seguridad, y desde hace unos años busca ganarse un lugar dentro de la política estudiantil, aunque sin éxito en las elecciones y quedando relegado a un segundo plano en reiteradas oportunidades.
Quien se muestra como cabeza de esta agrupación que busca diferenciarse de la reconocida y gobernante agrupación, es Marcel Aguilera -Director de Proyectos Com. Min. de Seguridad- que se encuentra trabajando bajo la órbita de Sergio Berni, y quien plantea y fomenta desde hace varios años una “fractura” en La Walsh.
Las imágenes que se difundieron rápidamente en la comunidad estudiantil, muestran las agresiones que se dieron entre ambos bandos. Tal como indican testigos y los propios alumnos que acudían a cursar a la Facultad, lo que motivó la pelea fue que el grupo denominado “La Walsh Nueva Generación” irrumpió en el sitio que ocupa habitualmente quienes dirigen el Centro de Estudiantes. Esto provocó la reacción de algunos, que rápidamente comenzaron a intercambiar golpes de puño y múltiples insultos.
“Esto no es política”, gritaba una joven que intentaba mediar y hacer entrar en razón a sus compañeros, como así también a los del grupo ajeno que no cesaban con las agresiones.
La pelea y escándalo vivido en el ingreso al edificio Néstor Carlos Kirchner, demuestra una insistente búsqueda por parte de “La Walsh Nueva Generación” de querer ganar espacio y reconocimiento, utilizando la trayectoria y nombre de la agrupación gobernante del Centro.
Cabe resaltar que luego del duro enfrentamiento, los estudiantes implicados de ambos bandos dividieron las aguas y se separaron, ocupando cada uno un sitio y dejando de lado, al menos por el momento, las piñas e insultos.
