Con la inflación interanual de tres dígitos haciendo sombra a todas las variables económicas (y políticas) con mejores resultados, el próximo jueves se define una particularmente sensible: el Ministerio de Trabajo convocó a los principales gremios y representantes de cámaras empresarias a la segunda reunión del Consejo del Salario Mínimo en 2023, que se encuentra en 87.987 pesos. En el último año, el salario mínimo tuvo una reducción de más de 20 puntos en términos reales (era 45.540 en junio de 2022) y debería superar los 140.000 pesos en junio sólo para recuperar esta pérdida.

A las 16 horas y de manera virtual, el Ministerio de Trabajo de la Nación que conduce Kelly Olmos convocó a una nueva reunión del Consejo del Salario Mínimo. El vigente es de 87.987 pesos. Es por el aumento que se fijó en la última reunión de la mesa en marzo de 2023, de 26,5 por ciento en tres tramos. En tanto, a esa misma hora, saldrá publicado desde el Indec un dato relevante, la inflación de junio.

«En el gobierno del Frente de Todos, el SMVM es sinónimo de pérdida de su poder adquisitivo y de insuficiencia para garantizar condiciones adecuadas de reproducción de la fuerza laboral», asegura con dureza el documento «Hacia la convocatoria del Consejo del Salario» que elaboró el Instituto de Estudios y Formación de la CTA-Autónoma.

De acuerdo a la CTAA el SMVM acumula una caída del 7,5 por ciento en relación a diciembre de 2022 y, si se compara con diciembre de 2019 es decir con la situación que dejó el gobierno de Cambiemos, la caída del poder adquisitivo del SMVM es del 18 por ciento. Si se retrocede aún más en el tiempo, y se lo compara con la situación a diciembre 2015, es decir con el nivel en que lo dejó el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la caída del SMVM es del 55 por ciento.

Si se lo compara con el costo de una Canasta de Pobreza, que determina los ingresos que necesita una familia de dos adultos y dos niños para no ser pobre y alcanzó los 235.384 pesos a junio 2023 ; el SMVM cubre apenas el 37,4 por ciento de la misma.

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Una paritaria compleja

Al encuentro asistirán los representantes de las tres centrales obreras CGT y las dos CTA y de los principales gremios nacionales tanto de estatales como del sector privado. También participarán dirigentes empresarios de entidades como la Unión Industrial Argentina (UIA) o de la Sociedad Rural. Se trata de una paritaria más compleja que la normal porque tiene 32 miembros, y el Estado interviene en caso de que no haya acuerdo.

«Nuestra propuesta de actualización se sostiene en la idea de que el SMVM debería tener una función de determinar un piso de ingresos adecuados para garantizar derechos y ciudadanía al conjunto de la fuerza laboral», aseguran desde la Central que dirige Hugo Cachorro Godoy. Godoy anticipó que pedirán, como mínimo, el equivalente a la recuperación de poder adquisitivo desde el fin de la gestión de Mauricio Macri, que lo llevaría a 103.770 pesos a junio, es decir un 58,6 por ciento para el primera semestre, y con aumentos del 8 por ciento para los tres meses venideros (guiándose por la expectativa de inflación del REM). De máxima, el objetivo del SMVM debería fijarse como horizonte cubrir la Canasta de Pobreza de la familia tipo, lo que supondría fijar su valor en 235.384 pesos para el mes pasado.

Desde la CTA anticiparon que pedirán un «aumento sustancial» para cerrar inflación para el año y anticiparon que manifestarán que la misma debería cerrar por encima del 120 por ciento. Además, no descartaron seguir pidiendo por una suma fija para darle un empujón a los salarios.

Desde el Ministerio de Trabajo, aunque no oficialmente, toman como referencia la paritaria nacional docente que firmaron un 82,65 por ciento de aumento para el primer semestre del año. En ese caso, llegaría a los 113.157 pesos. El sector empresario y la CGT no respondieron ante la consulta.

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Los que menos tienen

De acuerdo a su definición formal, el Salario Mínimo es el punto de partida del monto que debería percibir cualquier trabajador de más de 18 años por su trabajo y debe asegurarle una «alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, recreación y vacaciones». Además de lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo, fue una herramienta utilizada por el gobierno de Néstor Kirchner para empujar hacia arriba la dinámica salarial (sobre todo de los salarios más bajos).

Durante los 90, el Salario Mínimo se estableció en un monto fijo de 200 pesos, alrededor del 25 por ciento del promedio de los salarios en general, por lo que no servía como referencia para negociar. A partir de 2004, el gobierno de Néstor Kirchner rompió esta lógica y se lo apropió como herramienta para impulsar al alza la negociación salarial. En efecto, en 2004, el salario mínimo pasó a representar entre el 40 y el 45 por ciento del promedio de los salarios cobrados en la economía.

De acuerdo a un informe elaborado por Cifra, durante el gobierno de Mauricio Macri- que significó cuatro años consecutivos de aumentos nominales inferiores a la inflación-, el salario mínimo perdió 25,1 por ciento de su capacidad adquisitiva. Con esta pérdida el impacto directo de ese salario sobre los trabajadores registrados es casi nulo, ya que los salarios básicos iniciales de cada convenio se encuentran por encima de este monto, salvo para algunos sectores como las trabajadoras de casas particulares que, de todos modos, cuentan con un estatuto distinto a la Ley de Contrato de Trabajo por lo que el SMVM no sirve como garantía al momento de negociar. Apenas el 5 por ciento de los trabajadores asalariados registrados excepto los del servicio doméstico, sector agropecuario y público, cobran menos que el SMVM, guarismo que se eleva a 33,4 por ciento en el caso del servicio doméstico.

La cifra, en cambio, impacta más para los asalariados no registrados- el 36, 8 por ciento cobra menos que el SMVM, guarismo que aumenta a 69,5 por ciento si se hace doble click en las empleadas de casas particulares. Para los trabajadores informales, el salario mínimo impacta indirectamente, ya que establece un piso de remuneraciones como referencia para ese sector del mercado laboral.

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Lo mismo sucede para el cálculo de la cuota alimentaria que, debido a que en muchos casos no se puede determinar el ingreso de la persona, el SMVM es un dato que se utiliza en el expediente de cuota alimentaria. Hay casos en los que algún juez lo usa como referencia para determinarlo (alrededor del 20 o 30 por ciento del SMVM). Con la oficialización del índice de crianza que comenzó a publicar el Indec este mes, la referencia quedará en desuso.

El impacto de la cifra que se acordará este jueves en el Consejo de Salario Mínimo afecta directamente a algunos Programas Sociales. El más importante es Potenciar Trabajo, del Ministerio de Desarrollo Social: mas de un millón mil personas cobran un 50 por ciento del salario mínimo.

El programa Acompañar del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, dirigido a mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género consiste de un apoyo económico equivalente al salario mínimo, vital y móvil por seis meses consecutivos, a la vez que se brinda un acompañamiento integral a las personas incluidas en el programa. Asimismo, el salario mínimo sirve como referencia para algunas cláusulas para ingresar a programas como las becas Progresar, en el que el beneficiario lo cobra si su familia gana menos de tres salarios mínimos.

Otro caso en que el salario mínimo podría tener impacto pero no lo tiene es el de las jubilaciones. Por ley, las jubilaciones mínimas no pueden ser inferiores al 82 por ciento del salario mínimo vigente. Luego del aumento de junio, la jubilación mínima alcanzó los 70.982 pesos; lo cual la encontraría dentro de la regla por lo menos para este mes.

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