La contrapartida nórdica son las Nornas, tres viejas brujas malévolas que deciden el futuro de los hombres con las runas y que viven bajo las raíces del Yggdrasil, un fresno cuyas ramas y raíces mantienen unidos los diferentes mundos que componen la mitología escandinava. El porvenir es tremendamente sombrío. Acorde a la mentalidad guerrera de la sociedad vikinga, donde morir en la batalla era un destino digno de admiración, el fin del mundo estaba predeterminado por una gran y última batalla: Ragnarok. De ella se sabía qué iba a suceder, quién iba a luchar y el destino de cada uno de los participantes en la batalla. En el Völuspá, La profecías de las adivinas, se narra la historia del mundo, desde su creación hasta su destrucción.

Conocemos nuestro destino pero no podemos evitarlo: esta creencia está perfectamente reflejada en las brujas de MacBeth, en la ópera de Verdi La forza del destino –basada en la obra que marcó el comienzo del romanticismo español, Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas– o El puente de San Luis Rey, del norteamericano Thornton Wilder: cinco viajeros se encuentran con un mismo destino, cinco personas diferentes, en viajes motivados por razones diferentes, cruzan el puente más bonito del Perú al mediodía del fatídico 20 de Julio de 1714, en que se vino abajo. ¿Casualidad? ¿Fue el azar quien juntó a esas cinco personas en el puente? ¿O fue Dios?

Deja un comentario
Mirá También:  Los humanos arcaicos habrían comido camellos gigantes hasta hace 27.000 años

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *