Nazareno Sosa tenía apenas 33 años y era un querido vecino de Villa Elvira. Domiciliado en la zona de 3 y 90, el joven murió a causa del brutal incendio de su hogar y las heridas que sufrió tras quedar atrapado entre las llamas. Su esposa, en tanto, se encuentra internada y por estas horas lucha por su vida.

La triste noticia conmociona al barrio. Tanto Sosa como su pareja, Johana Coronel, son dos jóvenes muy apreciados en el barrio y asiduos colaboradores tanto de sus vecinos como del comedor Pasitos Mojados, ubicado en 14 entre 86 y 88, a punto tal que el espacio cerró este viernes sus puertas a raíz del fallecimiento del joven, cuyos restos serán velados esta misma tarde.

Sus allegados contaron a 0221.com.ar que Sosa se desempeñaba realizando trabajos de albañilería y pintura y desde hacía unos 8 años vivía junto a su pareja. En ese marco, destacaron su calidez humana y el hecho de que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

TRÁGICO INCENDIO

Fuentes policiales confirmaron a 0221.com.ar que las llamas se desataron en la madrugada del último martes. Alrededor de las 2.20 los bomberos recibieron el aviso y partieron a toda velocidad hasta la vivienda ubicada en 90 entre 3 y 4 y allí se encontraron con el propio Sosa todavía consciente, con graves heridas y tendido en un colchón, fuera de la vivienda.

La pareja fue trasladada de urgencia hasta el Hospital San Martín. Él tenía quemaduras el rostro y el frente de su cuerpo, mientras que la mujer se había descompensado al inhalar humo. Lamentablemente, Sosa no logró resistir y casi tres días después del incendio, falleció. Coronel, por su parte, permanece internada en terapia intensiva y su cuadro es grave.

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Aunque las causas del hecho todavía son materia de investigación, el hermano de la joven habría informado a los investigadores que el fuego se desató a raíz de la caída de un colchón sobre una estufa. La pareja dormía cuando el incendio comenzó y al despertarse las llamas ya habían ganado buena parte de la vivienda, pero el detonante final fue la apertura de una ventana que no hizo más que oxigenar el fuego y avivarlo todavía más.

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