Con el alto el fuego entre Hamás e Israel, que entró en vigor el 19 de enero, comenzó una frágil calma. Sin embargo, Elmont advirtió sobre el riesgo de muertes y heridas mientras cientos de miles de palestinos desplazados regresan a sus hogares para recuperar sus pertenencias e intentar reconstruir. “El potencial es de cientos, si no miles, de incidentes en los que las personas pueden resultar heridas. Y lamentablemente, algunas de esas lesiones serán fatales”, advirtió.
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