En un comunicado oficial, el ministerio palestino condenó las acciones israelíes, afirmando que «las fuerzas de ocupación israelíes cometen el crimen de limpieza étnica y que imponen la deportación y el desplazamiento forzado de nuestro pueblo de los campos en el norte de Cisjordania, vaciándolos de sus residentes, como es el caso de los campos de Yenín, Tulkarem y Faraa, en una flagrante violación del derecho internacional, el derecho internacional humanitario y las Convenciones de Ginebra».
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