A diferencia de la Tierra, la Luna, el único satélite natural de la Tierra, carece de una atmósfera espesa que pueda mitigar o moderar las temperaturas, lo que lleva a que nuestro satélite presente un ambiente caracterizado por los extremos, donde el calor del día lunar y el frío de la noche lunar son bastante intensos.
¿Qué temperatura hay en la Luna?
Un entorno de contrastes
Las temperaturas en la Luna son tan variopintas como peligrosas para cualquier forma de vida tal y como la conocemos. El día en la Luna dura 29 días terrestres, siendo aproximadamente la mitad del tiempo de día y la otra mitad, noche. La duración del día y la noche va cambiando en el transcurso del año, siendo la duración media del día de 12 horas (en todas las latitudes).
Durante el día lunar, que dura unos 14 días terrestres, las temperaturas pueden elevarse hasta unos 127 grados Celsius (o 260 grados Fahrenheit) cerca del ecuador. Pero, por la noche, todo se vuelve gélido. Durante la noche lunar, que también dura unos 14 días terrestres, las temperaturas pueden caer a gélidos -173 ºC (menos 280 grados Fahrenheit). Los cambios son rápidos y dramáticos por una consecuencia muy evidente.
¿Cuáles son las causas de estas variaciones?
La Luna no tiene atmósfera; es decir, este marcado contraste diurno-nocturno se debe a la falta de una atmósfera significativa en la Luna que pueda distribuir el calor. Sin una atmósfera que atrape el calor, las temperaturas pueden variar cientos de grados entre el día y la noche lunar. Su exosfera es tan sutil que no es suficiente para atrapar o propagar la energía del Sol.
La lenta rotación de la propia Luna, tampoco ayuda en este menester, lo que resulta en días y noches largos. A medida que el satélite gira, sin el calor del Sol y sin una atmósfera aislante, la superficie pierde rápidamente su calor en el vacío del espacio. Cuando cae la noche el frío extremo plantea desafíos importantes ya que los dispositivos robóticos que allí se encuentran pueden funcionar mal en condiciones tan gélidas al volverse quebradizos sus componentes electrónicos.
¿Cuánto dura el día lunar?
De ahí que los módulos de aterrizaje y vehículos robóticos deben estar equipados con sistemas de control térmico para sobrevivir en este duro entorno.
Las temperatura más bajas registradas en la superficie lunar han sido en los fondos de los cráteres y en las regiones polares, ya que la luz del sol nunca llega a estas áreas y pueden llegar a alcanzar cerca de los -250 ºC.
Las temperatura más bajas registradas en la superficie lunar
¿Cómo sobreviven los astronautas a estos cambios dramáticos?
La clave para la supervivencia de los astronautas en la Luna son sus trajes espaciales, técnicamente conocidos como Unidades de Movilidad Extravehicular (EMU). Estos trajes, cada vez más ergonómicos, menos pesados y cómodos, son maravillas de la ingeniería, y están diseñados para proteger a los astronautas del vacío del espacio, los micrometeoritos, la radiación solar y las temperaturas extremas de la Luna.
Como curiosidad, los astronautas de las misiones Apolo de la NASA (el Programa Apolo arrancó en la década de 1960, tocó techo en julio de 1969 al conseguir que el primer ser humano, en este caso Neil Armstrong, pusiera un pie en la Luna -que fue cuando pronunció aquello de “Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”- y finalizó el 19 de diciembre de 1972 con el Apolo 17). Los astronautas de Apolo 11 fueron los primeros humanos en experimentar de primera mano las temperaturas extremas de la Luna. Para sobrevivir, confiaron en tecnología de punta y en una cuidadosa planificación de la misión; los trajes contaban con capas aislantes de materiales como el mylar -muy innovador en la época- y otros materiales para poder resistir tanto las grandes variaciones de temperatura o presión o cualquier condición inesperada en la Luna.
La Luna, visto por la IA
Desde los días de Apolo, los avances tecnológicos han dado lugar a sistemas de control térmico aún más sofisticados para la exploración espacial. Estos incluyen tejidos de alta tecnología, materiales aislantes avanzados y sistemas de soporte vital que regulan la temperatura. Los modelos actuales, sobre todo los que se están diseñando para el programa Artemis, son más resistentes, flexibles y seguros; los prototipos están diseñados para soportar temperaturas de entre 150 y 120 grados bajo cero, y proporcionan oxígeno supletorio en caso de que ocurra un accidente de despresurización.
Nuestra Luna
Referencias:
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