Desde el 9 de junio ya se puede disfrutar de la última entrega de la saga jurásica: Jurassic World Dominion en cines. En ella, una nueva generación de dinosaurios y otros animales prehistóricos se nos presenta, en algunos casos, con mayor realismo que en las entregas anteriores.

Como advertencia al lector, este artículo puede desvelar algunos detalles sobre la trama

En esta nueva entrega, de nuevo nos encontramos con un magnate que ha decidido crear su propia reserva biológica de animales extintos devueltos a la vida. Se trata de Lewis Dodgson, CEO de la empresa BioSyn, el mismo que contrató a Dennis Nedry para robar los embriones del parque original, suceso que da lugar a los acontecimientos que presenciamos en 1993, en Jurassic Park.

Viejas y nuevas criaturas

En el refugio de BioSyn aparecen especies rescatadas de Sorna y Nublar, así como animales capturados del medio silvestre tras ser liberados masivamente durante Fallen Kingdom, incluyendo la famosa Tyrannosaurus rex, la misma que amenazó la vida de los jóvenes Tim y Lex en el parque original. Pero también encontramos animales nuevos, que no habíamos visto antes y que son obra de BioSyn.

No queda claro si Dodgson ha conseguido reproducir esos dinosaurios por su cuenta —parece poco verosímil que lo lograra en los pocos años transcurridos desde los acontecimientos de Jurassic World Fallen Kingdom— o si llegó a recuperar los embriones sustraídos por Nedry en aquella lata de espuma de afeitar, que conserva como un tesoro, y consiguió replicar la técnica con ingeniería inversa.

Entre los nuevos animales encontramos algunos raptores, como una manada de cuatro Atrociraptor que amenaza a los protagonistas, o un ejemplar totalmente emplumado de Piroraptor. También se puede observar un ejemplar del gigantesco Dreadnoughtus, que el profesor Grant identifica de visu, un enorme Therizinosaurus, con sus potentes garras en forma de guadaña, o el carnívoro más grande que ha pisado tierra firme: un ejemplar impresionante de Giganotosaurus. Además, algunos animales prehistóricos que no son dinosaurios, como el pterosaurio Quetzalcoatlus, el volador más grande del que tenemos conocimiento; o el sinápsido Dimetrodon, del que ya existían juguetes oficiales de Kenner desde tiempos de Jurassic Park, y que muchos fans estaban deseando ver en pantalla.

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‘Moros intrepidus’

Un dinosaurio que impresiona a los paleontólogos en las instalaciones de BioSyn es un pequeño carnívoro que vive en un terrario. El doctor Alan Grant lo identifica rápidamente como Moros intrepidus, un pequeño tiranosauroideo de mediados del período Cretácico, de unos 96 millones de años de antigüedad.

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