El enigma de los leones de Tsavo

Los leones de Tsavo tenían un aspecto misterioso: ninguno de los dos tenía melena. Se llegó a pensar que eran de una especie diferente a la de los leones africanos -que sí la tienen- pero los análisis genéticos han demostrado que eran totalmente africanos. ¿Por qué no tenían melena? Los investigadores apuntan que en un ambiente tan tórrido como Tsavo y con tan poca agua hizo que la perdieran para poder sobrevivir. De hecho en la actualidad se han observado leones sin melena en Tsavo.

¿Qué llevó a dos leones machos a cazar juntos y solos, fuera de una manada? ¿Por qué acecharon y mataron a seres humanos de manera sistemática? Los biólogos han propuesto diferentes hipótesis para dar una respuesta: una es la peste bovina de 1898, que al dejar a los leones sin su presa habitual estos empezaron a cogerle el gustillo a los hombres muertos que se arrojaban al río Tsavo, pues por ahí pasaban las caravanas de esclavos a Zanzíbar; otros han apuntado que los atrajeron a las cremaciones rituales apresuradas de los obreros hindúes fallecidos. Finalmente en 2000, el examen de los cráneos mostró que al miembro dominante -probablemente responsable de matar a un mayor número de humanos- le faltaban varios dientes y tenía un abceso dental severo. De ahí que los investigadores especulen de que debía resultarle demasiado doloroso acechar y cazar a una presa típica y encontrara a los humanos más fáciles de cazar… y devorar.

En su libro sobre su aventura africana Patterson escribió que, no muy lejos del campamento, encontró una cueva con huesos humanos en la entrada y en el interior, además de brazaletes de cobre como los que usaban los nativos de la zona, los Taita. ¿Era la guarida de los devoradores de hombres? Los biológos dudan de que Patterson realmente viera eso porque los leones ni viven en cuevas ni llevan sus presas a ningún lugar, cosa que sí hacen la hienas. Cuando en 1998 se hizo una serie de excavaciones en este lugar, no se encontró ningún tipo de resto humano. ¿Mintió Patterson? Podría ser, pero entonces quienes lo creen deberían explicar la razón por la que lo hizo.

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Lo sucedido en el río Tsavo revela un comportamiento animal totalmente misterioso: durante diez meses dos leones solitarios aterrorizaron a centenares de trabajadores, a los que cazaban por la noche dentro de sus tiendas. Ni trampas, ni fuegos, ni espinos pudieron detenerlos: únicamente dos cartuchos del calibre .303 disparados por un fusil Lee-Enfield.

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