Burj Al Babas nació como un lugar de ensueño repleto de castillos y un refugio perfecto ara una élite. Hoy es una ciudad fantasma.

Burj Al Babas es una ciudad fantasma en Turquía con castillos abandonados. En 2011, el grupo turco de construcción Sarot estaba convencido de que había encontrado la solución perfecta para dar hogar a las familias acaudaladas del país. La localización, los materiales, las vistas naturales, los diseños arquitectónicos ostentosos: todo parecía ideal para atraer a un mercado de élite muy específico, dispuesto a comprar una propiedad de ensueño.

Con esta idea en mente, consiguieron los permisos necesarios para orquestar un macroproyecto urbanístico en un espacio paradisiaco ubicado entre Ankara, la capital del país y Estambul, el puerto comercial milenario. Sin embargo, la obra nunca se terminó por completo. Si bien hay castillos que lograron terminarse, muchos otros permanecen en obra negra nueve años después.

Originalmente, los desarrolladores pensaron en construir villas lujosas para que familias pertenecientes a los sectores más acomodados de la sociedad pudieran vacacionar. Antes de iniciar los esfuerzos de construcción, Sarot comprometió varias propiedades en preventa a inversores de diversas partes del mundo, principalmente provenientes de Arabia Saudita.

pueblo fantasma castillos
Foto: Getty Images

 

Según aseguró Naci Yoruk, arquitecto consultor de la firma turca, muchos de los turistas potenciales que visitarían Burj Al Babas vendrían de Qatar, los Emiratos Árabes, Bahréin, y Arabia Saudí, por mencionar algunos. Cada castillo podría ser personalizado al gusto del cliente en cuestión y contaría con un aproximado de 225 metros cuadrados de superficie.

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Se estimaba que el complejo estuviera constituido con 732 unidades en total. En el centro de la ciudad, habría un edificio principal con todas las amenidades para que los visitantes pudieran disfrutar su visita: cines, plazas comerciales, comercios y una variedad amplia de restaurantes internacionales.

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La construcción inició oficialmente en 2014. Fue así como varias hectáreas de tierra fértil fueron destruidas y miles de árboles talados. A finales de ese año, 578 unidades habían sido finalizadascasi el 80% de las que se tenían proyectadas para ese momento.

Para 2016, la firma turca se vio gravemente comprometida: los clientes eran incapaces de costear los gastos de una propiedad así de lujosa. A pesar de estar casi terminada, la obra tuvo que pararse gradualmente. Cuatro años después de haber iniciado, en 2018, el presupuesto para el proyecto se agotó, sin poder completar la obra en su totalidad.

Mehmet Emin Yerdelen, presidente de Sarot, aseguró lo siguiente con respecto al paro de las obras: «No pudimos recuperar alrededor de los 7.5 millones de dólares que nos deben por las villas que hemos vendido a los países del Golfo».

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Foto: Getty Images

 

Lo anterior se debió a que varios de los inversionistas retiraron sus apoyos. Hasta ese momento, la construcción había costado cerca de 200 millones de dólares. Las villas en forma de castillos del siglo XV, con balcones dignos de María Antonieta, pasaron a ser algo similar al escenario de una historia distópica: deshabitados, desolados y desheredados de un futuro prometedor.

Así, Burj Al Babas se convirtió en un fiasco de la industria inmobilaria y arquitectónica. Los castillos, enfilados como fichas de dominó, permanecen ahí sin ser habitados. Al día de hoy, es una ciudad fantasma en Turquía con castillos abandonados.

 

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