Jair Messias Bolsonaro nació el 21 de marzo de 1955 en Glicério, un pequeño municipio del nordeste de San Pablo, aunque fue inscrito en la vecina ciudad de Campinas, el 1° de febrero de 1956.

Debe su primer nombre a Jair Rosa Pinto, un crack del Palmeiras y de la selección brasileña de fútbol; y el segundo, a la fe de su madre, Olinda Bonturi, quien atribuye la concepción y el nacimiento de su hijo a un milagro de Dios.

Cursó la secundaria en la Escuela Preparatoria de Cadetes del Ejército; en 1974 ingresó a la Academia Militar de las Águilas Negras, donde se formó como paracaidista de Infantería.

Informes del Ejército de la década de 1980 describían a Bolsonaro como dueño de una “excesiva ambición por realizarse financiera y económicamente”. Carlos Pellegrino, uno de sus superiores, relató que “tenía permanentemente la intención de liderar a los oficiales subalternos, en lo que fue siempre repelido, tanto en razón del trato agresivo dispensado a sus camaradas como por la falta de lógica, racionalidad y equilibrio en la presentación de sus argumentos”.

En 1986, cuando integraba el 8° Grupo de Artillería de Campaña de Paracaidistas, fue arrestado tras publicar un artículo en la revista Veja titulado “El salario está bajo”. El castigo motivó la reacción de oficiales activos y de la reserva. En 1987, estuvo involucrado en la planificación de la Operación Beco Sem Saída (Callejón Sin Salida). El plan contemplaba la detonación de bombas de baja potencia en cuarteles militares en protesta por los bajos sueldos castrenses.

En 1988 inició su carrera política como concejal de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano.

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Bolsonaro. (AP/Eraldo Peres)
Bolsonaro. (AP/Eraldo Peres)

Dos años más tarde, alcanzó una banca como diputado federal, mandato que renovó cuatro veces consecutivas.

Con las botas puestas

Su labor parlamentaria se caracterizó por priorizar siempre la agenda militar y por sus frecuentes expresiones homofóbicas, misóginas y discriminatorias. Por caso, en 2017 la Justicia le ordenó indemnizar a la parlamentaria del PT María do Rosario Nunes por lanzarle: “No la voy a violar porque ni eso merece”.

El capitán retirado siempre reivindicó la dictadura militar; atribuye gran parte de la “decadencia” brasileña a “la corrupción y a la debilidad” de los gobiernos elegidos desde el retorno de las instituciones republicanas, el 15 de marzo de 1985, con José Sarney como presidente.

El 28 de octubre de 2018, en segunda vuelta, logró la Presidencia de Brasil con el 55,13% de los votos; venció al candidato del PT, Fernando Haddad, quien en la compulsa ocupó la vacante que dejó Lula da Silva contra su voluntad: había sido encarcelado meses antes de los comicios por orden del juez Sérgio Moro, acusado por lavado de dinero y corrupción.

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