Por cuatro años, la directora artística del Festival de Cine de Mar del Plata fue una mujer. La cordobesa Cecilia Barrionuevo no ha dejado enteramente el festival, pero ya no tiene la responsabilidad de antaño.

Es ahora el turno de un crítico y periodista, miembro del equipo de programación por más de una década y un gran amante del cine de género: el entusiasta Pablo Conde.

En este nuevo contexto, más allá de las características de quien dirige, el festival mantiene su propuesta de siempre. Hay una tradición construida que se ordena haciendo de la variedad una política de programación.

En efecto, el festival abre con Sin aliento, de Jean-Luc Godard, tiene como invitado principal a John McTiernan (el director de Duro de matar), sostiene con los mismos títulos exigentes de siempre la competencia “Estados alterados”, ofrece un foco del cineasta alemán Heinz Emigholz, celebra en otro a la actriz y directora japonesa Kinuyo Tanaka, reincide en pasar películas de Leonardo Favio y dedica una retrospectiva a la cineasta francesa Patricia Mazuy.

Autoridades del Festival de Cine Mar del Plata durante la presentación días atrás (Prensa del Festival).
Autoridades del Festival de Cine Mar del Plata durante la presentación días atrás (Prensa del Festival).

Los imperdibles del Festival de Cine de Mar del Plata

A esto se suman muchos de los títulos más esperados del año. La extraordinaria película de Albert Serra titulada Pacifiction se verá en pantalla grande. Ese gran filme sobre la restitución de la sensibilidad colonialista tiene una de las grandes secuencias jamás filmadas sobre el mar. Solamente esa experiencia supondrá para muchos un placer inolvidable.

También se podrá ver otro filme prodigioso titulado Unrueh, de Cyril Schäublin, un relato situado en 1877 en una fábrica de relojes suiza cuyos operarios se sienten en sintonía con los recientes acontecimientos parisinos vinculados a la insurrección de los trabajadores. En este filme de Schäublin pasa algo similar a en el de Serra: las escalas de registro y el modo de filmar resultan completamente innovadores. Las dos son las películas más originales del año y están en Mar del Plata.

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Títulos como Herbaria, Trenque Lauquen, Fogo-Fátuo, Walk Up, Sinfon14, Notas para una película, Human Flowers of the Flesh, El sembrador de estrellas, O trio em mi bemol, por citar algunos, son motivos suficientes para trasladarse ahora al balneario que suele asociarse con las vacaciones de verano.

Empieza otra edición, y es la primera en las que palabras como “aforo” y “barbijo” estarán fuera de circulación en el evento. Ese mal queda por ahora en el pasado.

El placer de ver películas respirando en paz y al lado de desconocidos será una condición restituida. Es un buen momento para viajar al mar.

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