El equipo pensó que florecería en San Valentín, el 14 de febrero, pero finalmente, se ha hecho esperar un poco más. Por fin, el 20 de febrero, los sépalos comenzaron a extenderse y, a las 15.00, el capullo comenzó a abrirse, liberando una multitud de pétalos largos, blancos y puntiagudos. A las 17.00 ya posaba con todo su esplendor.
12 horas después, la flor comenzó a desvanecerse, cambiando su aroma.
La planta debería seguir sobreviviendo y los investigadores esperan que siga floreciendo anualmente a partir de ahora.
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