No todos los reptiles prehistóricos son dinosaurios. Los dinosaurios son los animales prehistóricos más famosos. Desde que conocemos su existencia, han seducido al público por lo llamativo que resulta pensar que estos monstruos caminaron por el mismo suelo que nosotros. Sus enormes tamaños, la ferocidad de sus dientes y garras, la velocidad a la que pudieron desplazarse y sus aspectos brutales han cautivado la imaginación de muchos de nosotros.
Esta fama desmedida de los dinosaurios hace que aquellas personas no acostumbradas a leer contenidos rigurosos, puedan confundir especies animales con dinosaurios que realmente no lo son.
¿Qué es un dinosaurio?
Empecemos definiendo lo que es un dinosaurio para que, aquellos que tengan dudas, puedan reconocer por ellos mismos cuándo están hablando de un dinosaurio y cuándo no.
La biología divide a los seres vivos en grupos que están emparentados entre sí según el proceso evolutivo que hayan tenido y las características que los definen. En el caso de los dinosaurios, aunque cuentan con muchos rasgos concretos y técnicos, podemos fijarnos en un par de elementos que lo diferencian del resto de animales.
Los dinosaurios pertenecen al grupo de reptiles que viven fuera del agua. De todos estos reptiles terrestres se diferencian por la posición de sus extremidades. Los dinosaurios se mueven erguidos, es decir, tienen las patas bajo el cuerpo (como Tyrannosaurus rex), no a los lados (como los cocodrilos). Además, estos reptiles erguidos empezaron a tener plumas y ahora sabemos que las aves, en vez de otro grupo de animales, son las descendientes de los dinosaurios.
Los dinosaurios vivieron en la era del Mesozoico, hace entre 251 y 65 millones de años y, en un resumen muy superficial: son reptiles que andan erguidos y viven exclusivamente en el medio terrestre. Por ello no existieron dinosaurios marinos, ni dinosaurios voladores. Veamos algunos ejemplos de animales que muchas veces han sido considerados dinosaurios, pero realmente no lo son.
