Afinando con la física y la química

La ciencia avanza por días y, por supuesto, tenemos técnicas más precisas que logran datar fósiles en una ventana de centenares o decenas de miles de años. Pero, como hemos dicho, no siempre se pueden utilizar, sino que dependemos de algunos factores.

Destaca la datación radiométrica. Es una técnica por la que se comparan los porcentajes de dos elementos que formen parte del fósil o las rocas alrededor del fósil. Cuando una roca se enfría durante su formación y, en el caso del fósil, cuando este se está petrificando, se forman minerales. Los minerales están constituidos por distintos elementos, algunos de estos elementos se transforman en otros y esta transformación ocurre a lo largo de un período de tiempo que nosotros conocemos. Por tanto, comparando los elementos que permanecen intactos, con los que se transforman, podemos estimar una cronología para los fósiles y las rocas.

Vas a entender rápidamente este lío con un ejemplo. Te sonará la datación por Carbono-14. Bien, los organismos tenemos Carbono-12 y Carbono-14 mientras estamos con vida. Al morir, como el C14 es más inestable, va desapareciendo. Sabemos que en 5730 años la mitad del C14 que contenga el organismo se habrá transformado en nitrógeno. Después de otros 5730 años, habrá desaparecido la mitad del Carbono-14 que le queda al organismo, es decir, tendría un cuarto de todo el carbono-14 que tenía al morir. Como la cantidad de Carbono-12 sigue siendo la misma que cuando murió, comparando las cantidades de ambos elementos podemos datar el fósil de manera bastante precisa. Problema: solo podemos datar con esta técnica fósiles de hasta 60.000 años de antigüedad. Para fósiles más antiguos, se usan otros elementos que tienen períodos más largos de descomposición, usando de igual forma la comparativa que hemos puesto de ejemplo. Así se estudian los porcentajes entre el Berilio-10 y el Aluminio-26 para fósiles de hasta 15 millones de años, el Potasio y el Argón, o el Calcio-41.

Mirá También:  Chascomús: El Obispo se reúne con los Intendentes de la Diócesis

Más nombres raros

Tras este agradable recuerdo de cuando estudiaste (o ya te tocará, tranquilo/a) la tabla periódica, podemos terminar mencionando otras técnicas de datación para terminar de volarte la cabeza. La datación por paleomagnetismo se basa en los cambios que ha ido teniendo la Tierra y su polo magnético. La datación por termoluminiscencia y la luminiscencia óptica simulada detectan cuándo fue la última vez que los minerales estuvieron expuestos al sol o al calor de un fuego. Y para terminar con otra técnica de nombre rimbombante, la resonancia paramagnética electrónica expone al fósil a radiación para medir la energía absorbida durante toda su historia.

¿Qué te pensabas? 3500 millones de años de vida no se iban a datar con partidas de nacimiento.

Referencias:

Abril, J. M. et al. 2012. Radiometric dating of recent sediments: beyond the boundary conditions. Journal of Paleolimnology 48, 449-460. DOI: 10.1007/s10933-012-9622-5.

Marsicano, C. A. et al. 2015. The precise temporal calibration of dinosaur origins. PNAS 113 (3), 509-513. DOI: 10.1073/pnas.1512541112.

Sues, H. 2016. Dating the origin of dinosaurs. PNAS 113 (3), 480-481. DOI: 10.1073/pnas.1523058113.

 

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *