Nancy Yanina López Gotta, de 41 años, fue asesinada por su expareja en Ituzaingó. El hombre, identificado como José Castillo Corvalán, la esperó cuando ella llegaba su lugar de trabajo y la atacó a puñaladas para luego intentar escapar, pero no logró hacerlo y terminó detenido por la Policía.
Una compañera de trabajo de la víctima brindó detalles sobre cómo fue planificado el crimen, desde la estrategia que utilizó para entrar a la empresa de venta de heladeras y balanzas comerciales West, ubicada en el edificio Complejo Plaza 3, hasta el ataque y el posterior intento de fuga.
¿Cómo operó el femicida de Nancy?
Castillo Corvalán evadió un reconocimiento facial que se le pide a los empleados de la empresa para poder ingresar a trabajar y, ya dentro del edificio, se escondió en un baño a la espera de que su expareja apareciera.
“Él sabía dónde estaban las puertas de emergencia también. Sabía más lugares por los que podía escapar que los que yo misma puedo saber trabajando acá”, señaló la mujer sobre el asesino, quien trabaja en el centro comercial como empleado de mantenimiento y limpieza.
Cuando su pareja ingresó al trabajo, el hombre la increpó y se la llevó al mismo baño en el que se había escondido. De acuerdo al testimonio de la compañera de trabajo de la víctima, una puñalada en la cabeza le bastó al femicida para matarla.
“Cuando la ataca, se esconde pensando que podía escapar de alguna manera. No sé si pensaba tirarse a la pileta o escapar por algún otro lado. La Policía lo buscó durante un largo tiempo y se dio cuenta de que estaba escondido en la terraza”, dijo la mujer.
Según la joven, quien remarcó que él la tenía amenazada y tenía una perimetral para no acercarse a la víctima, el jamás intentó quitarse la vida: “Una persona que se quiere suicidar, se tira. Él no llegó ni a tirarse, lo primero que hizo fue escaparse”.
En ese sentido, la mujer responsabilizó a la empresa en la que trabaja el agresor: “Los responsables son ellos porque sabían de esta situación, al margen de que podría haberla encontrado en algún lado. El predio está lleno de cámaras y se movía constantemente”.
La compañera de trabajo de Nancy describió a José Castillo Corvalán como “un violento” y dijo que “la tenía amenazada”: “No sólo la hostigaba con llamados telefónicos, sino que también le dejaba cartas”.
Según el relato, Castillo solía esconderse en el edificio y las empleadas del lugar eran víctimas de la situación porque estaban al tanto de lo que sufría Nancy cada vez que él aparecía.
El caso es investigado por la UFI Nº 12 del Departamento Judicial Morón, a cargo de la fiscal María Alejandra Bonini, mientras que se informó que Castillo contaba con una orden de restricción perimetral respecto de su víctima dictada por la justicia de esa localidad bonaerense hacía dos semanas.
