En medio de un conflicto de larga data por la relocalización de la Zona Roja en La Plata, avanzan los trabajos para concretar algo que está establecido en el nuevo Código de Convivencia aprobado el año pasado, pero que por el momento no se ha logrado concretar.
Luego de una de las reuniones realizada esta semana en la Municipalidad, de la cual participaron vecinos de El Mondongo, el subsecretario de Participación Ciudadana del ministerio de Seguridad, Pablo Fernández, ofreció abrir el juego no solo al área de seguridad, sino que en la mesa se sume Salud, Justicia, DDHH y el Ministerio de las Mujeres.
“El trabajo tiene que ser transversal a diferentes áreas. No podemos trasladar el problema a otra zona para que sea un inconveniente para otros vecinos y vecinas. Tenemos que garantizar derechos de las trabajadoras sexuales, pero mejorar la calidad de vida de cada platense”, afirmó Fernández.
Los sucesivos encuentros tuvieron como eje central el abordaje integral del tema y las partes acordaron que la resolución del traslado de la zona roja debe definirse lo antes posibles. Sin embargo el funcionario bonaerense parece cuestionar que en el último encuentro, encabezado por el secretario de Seguridad en Políticas Públicas comunal, Néstor Pulichino, no contó con la mirada de otras disciplinas.
“La idea es pensar una propuesta en conjunto entre Provincia y Municipio, planificar un trabajo serio, sanitario e integral. Hay distintas visiones, pero estaría encaminado y después convocaríamos a todas las organizaciones para llegar a un acuerdo”, remarcó Fernández.
Desde la cartera de Seguridad insisten con el proyecto de llevar adelante un corredor sanitario que cuide tanto a las trabajadoras sexuales, como a quienes se acercan en búsqueda de compañía. Pero, además, integrar a los distintos programas que tiene el gobierno provincial para aquellas que no quieren continuar ejerciendo la profesión.
RECLAMO DE LOS VECINOS
En voz de su representante Daniel Domínguez, referente de los vecinos y la Asamblea de el barrio El Mondongo, salieron al cruce quienes denuncian y sienten ser los principales afectados por la localización de la Zona Roja en La Plata.
Domínguez -en diálogo con 221Radio– aseguró que se reunieron vecinos con el subsecretario de Participación Ciudadana del ministerio de Seguridad, Pablo Fernández, para avanzar con los trabajos de relocalización. Sin embargo, el portavoz de los frentistas del reconocido barrio platense se mostró en contra de la postura de la figura de la cartera de Seguridad.
Vecinos de El Mondongo argumentan que Fernández no tiene un conocimiento certero de la situación que se vive en la zona roja de La Plata. A su vez, Daniel Domínguez contó que el subsecretario les anticipó que “no los convocará a la próxima reunión interdisciplinaria para definir el futuro del tema”, en donde sí estarán presente representantes de las comunidades de mujeres trans. En este contexto, esperan a lo que suceda en los sucesivos encuentros, mientras el acuerdo entre las partes involucradas parece seguir lejos de lograrse.
LA POSTURA DE AMMAR
También en 221 Radio habló la titular de AMMAR (sindicato de trabajadoras sexuales), Valentina Pereyra, quien expresó su rechazo a la existencia de una zona determinada para una actividad que «no está prohibida pero tampoco reglamentada. «El narcomenudeo -una de las grandes quejas de los vecinos- existe pero no está ligado a la prostitución», dijo la dirigente y agregó que se trata de «un problema de la seguridad y las zonas liberadas que escapa a esta actividad». Por eso sentenció que la relocalización de la «zona roja» no implicará que el tráfico de sustancias se elimine. En ese marco reclamó que «se de criminalizar el trabajo sexual y que deje de ser un espacio de la caja chica de la policía».
Por otra parte, Pereyra también cuestionó que su sector no ha participado de las reuniones. «No nos han invitado a ninguna reunión, pero queremos ser parte de la decisión», dijo. Y recordó que cuando «algunas compañeras han querido sumarse a las reuniones de vecinos del barrio El Mondongo, han sido rechazadas». Y lamentó que «se valora más la opinión de ciertos vecinos que la nuestra que también vivimos en el barrio El Mondongo».
