El campo de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, enfrenta una ofensiva prolongada del ejército israelí que, tras varios días, ha dejado a su paso devastación, muerte y sufrimiento. La quema de viviendas, los arrestos masivos, las ejecuciones extrajudiciales y el colapso de infraestructuras esenciales han convertido la vida en la ciudad en un infierno. Este panorama desolador ha llevado a funcionarios palestinos a calificar lo que ocurre como un genocidio.
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