Según la Asociación China de Urinoterapia –y ya se sabe la devoción que por estos lares se tiene a la todopoderosa medicina tradicional china- nos alerta que no es bueno empezar directamente bebiéndose una pinta de meado, pues tiene sus efectos secundarios (Nota: ¡Milagro! ¡Un producto “natural” que los tiene!): diarrea, dolor, fatiga, picores… Según cuentan, allí se ha usado mucho tiempo como vigorizante sexual, cosa que tiene su lógica. Mientras, los Koryak siberianos beben su orina (o la de un amiguete) para mantener el efecto de ciertos hongos alucinógenos. Incluso un Koryak borrachín puede llevar su propia orina cuando hace un viaje en su trineo para mantener el pedete el mayor tiempo posible.

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