Justo cuando la economía comienza a mostrar signos de deterioro en sus ingresos por el impacto en la sequía en la actividad agropecuaria y en su derrame hacia la economía en general, en enero volvió a subir el gasto real del Estado, tras seis meses continuados de caída.

El Ministerio de Economía de la Nación informó los detalles de la ejecución presupuestaria base caja del sector público nacional de enero.

El mes pasado, el sector público nacional registró un déficit primario de $ 203.938,3 millones, producto de un significativo aumento en la inversión en infraestructura energética, vivienda y transporte, sumada a una caída en los tributos del comercio exterior por el impacto de la sequía.

Los ingresos totales ascendieron a $ 1.723.204,5 (+92,4 % interanual), a la vez que no se registraron ingresos provenientes de las emisiones primarias de títulos públicos.

Por el lado de los derechos de exportación, se verificó una suba interanual de 41,1%, afectada por la sequía de los últimos meses, es decir, la evolución estuvo por debajo de la inflación.

Caída de ingresos

Del análisis surge que los ingresos totales tuvieron una variación interanual real negativa de 3,2%, mientras que los ingresos tributarios cayeron un 2,7% real.

El economista Nadin Argañaraz contrastó que, sin embargo, por el lado del gasto primario, este subió un 6,2% interanual real. “Cabe destacar que esta variación real del gasto primario es mayor que la de enero del año pasado, del 4,1% real”, resaltó.

Respecto de los meses previos, el aumento del gasto primario interanual real de enero implica un cambio comparado con los seis descensos continuos registrados en el segundo semestre de 2022.

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De los ingresos y gastos, surgió un déficit fiscal primario de $ 203.938 millones, equivalentes a un 0,13% del PIB. “Por lo tanto, dada la meta del 1,9% del PIB para todo el año, en los próximos 11 meses el Gobierno tiene que registrar un déficit del 1,77% del PIB”, estimó el titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

¿Cuánto hay que bajar?

La reducción del déficit primario está planteada como un objetivo central de la política económica, recordó el economista. De ese modo, “resulta interesante construir un indicador de esfuerzo fiscal necesario para los meses restantes del año” con el objetivo de “cuantificar de una manera comparable el esfuerzo generado por la reducción de déficit”.

El indicador, explicó el Iaraf, funciona de la siguiente manera: a fines de marzo de 2022, cuando se firmó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se tenía un déficit primario acumulado de 0,24% del PIB, restando nueve meses para cumplir con la meta anual del 2,5% del PIB. En consecuencia, el esfuerzo fiscal necesario requería una reducción del déficit primario del 0,61% del PIB en el período abril-diciembre de 2022 respecto del mismo período del 2021, es decir, una reducción promedio mensual del gasto de 0,07 puntos porcentuales del PIB.

Para que este sea un indicador más preciso en 2023, el cálculo resta de los ingresos en el año 2022, un 0,3% del PIB en concepto de rentas primarias excedentes debido a que no serán consideradas por el FMI.

Por este motivo, apuntó Argañaraz, el déficit primario de 2022 asciende a 2,7% del PIB para el cálculo del indicador. Entre febrero y diciembre de 2022, el déficit fiscal primario fue de 2,68% del PIB y, entre febrero y diciembre de 2023, el déficit para cumplir la meta del FMI de 1,9% debería ser de 1,77%.

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En consecuencia, “el esfuerzo fiscal del período es de 0,9%, es decir que implica una reducción promedio mensual de 0,08 puntos porcentuales del PIB”, concluyó el economista.

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