Las novedades de ayer tuvieron repercusión en los acuerdos de rebajas salariales para trabajadores suspendidos por la cuarentena que se venían negociando en las últimas horas. La histórica caída del precio del crudo le dio marco al acuerdo de los petroleros que cerraron con la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos una poda de alrededor del 50 por ciento que el titular del gremio, Guillermo Pereyra, incluso festejó porque consiguió añadir un ítem más a lo que venía negociando. En cambio, el decreto que anunció el pago de un salario complementario por parte del Estado para los trabajadores privados puso un freno a las conversaciones que llevaba adelante el sindicato de Comercio que encabeza Armando Cavalieri, y la UOM de Antonio Caló, entre otros gremios, que ahora quedaron a la expectativa de conocer los pormenores del decreto. 

«Tenemos 20 mil compañeros en sus casas. Las empresas no están facturando desde el 20 de marzo», explicó temprano Pereyra el acuerdo que terminó de cerrar unas horas más tarde a través de una teleconferencia de la que participó la Cámara del sector y representantes del Ministerio de Trabajo. El sindicalista reveló que el ministro Claudio Moroni le había pedido que se llegara a un acuerdo y se evitara caer en un procedimiento preventivo de crisis. “El 60 por ciento de nuestros compañeros pertenecen a empresas pymes y nos han manifestado que no van a pagar los salarios porque no tienen dinero”, justificó Pereyra, en diálogo con El Destape Radio. 

Por la mañana, calculó que la rebaja llevaría el sueldo promedio de los petroleros de unos 105 mil a 35 mil pesos, alrededor de un 70 por ciento, una drástica poda que le había generado críticas internas. Pero después comentó que en la negociación había conseguido incluir un diferencial por turno que elevaba el básico, con lo que rebaja sería «nada más» que de un 50 por ciento promedio, alrededor de 42 mil pesos. Hay que reconocerle sentido de la oportunidad porque ocurrió justo el día que el barril de crudo se derrumbó a cero en Estados Unidos, generando incertidumbre sobre el futuro del sector. Con todo, otros dirigentes del gremio, como Claudio Vidal que conduce la regional de Santa Cruz, expresaron nuevamente su rechazo a cualquier rebaja.

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Pero los petroleros no eran el único sindicato que venía conversando sobre la posibilidad de recortes para evitar despidos por el parate económico obligado por la cuarentena. «Cada sindicato sabe hasta dónde puede llegar a negociar el salario para cuidar el empleo. Desde la CGT no podemos dar una directiva rígida», advirtió ayer el titular de UPCN y miembro del consejo directivo de la central, Andrés Rodríguez. Por las dudas, acotó que los estatales no negociaban ninguna rebaja. Se trata de uno de los gremios que más perdió durante los años del macrismo. 

Uno de esos sindicatos en conversaciones era Smata, cuyo secretario general, Ricardo Pignanelli, justificó la negociación como una manera de que las fábricas vinculadas con la industria automotriz siguieran abiertas y no se perdieran puestos de trabajo. También la UOM de Antonio Caló había avanzado en la misma dirección con un acuerdo para recortar el 30 por ciento a los metalúrgicos que no estuvieran yendo a su lugar de trabajo por la cuarentena, pero el viernes pasado surgieron varias voces de desacuerdo puertas adentro del sindicato y no se llegó a la rúbrica. Otro de los gremios grandes que había iniciado conversaciones era el de Comercio que encabeza Armando Cavalieri, con posibles rebajas que iban desde el 30 hasta el 50 por ciento de los salarios . Pero el sorpresivo anuncio del Gobierno acerca de una ayuda estatal para pagar los sueldos de este mes puso las conversaciones en stand by.

«Vamos a esperar ver el decreto para conocer el detalle. Hay que ver qué rubros incluyen esos porcentajes de los que habla el Gobierno. La situación es complicada, hay muchas pymes que no facturaron un peso», explicaban en el gremio de los metalúrgicos. Hay seccionales de la UOM como Córdoba y La Matanza que adelantaron su rechazo a cualquier rebaja salarial mientras que otras, como Santa Fe, avanzaron en el acuerdo. 

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En lo que respecta a Comercio respondían que había situaciones diferentes dentro del gremio porque había rubros que habían conseguido alguna facturación a través de la venta online o telefónica, ahora totalmente permitida a partir de la última resolución de jefatura de Gabinete. Pero otros sectores como el turístico -que nuclea unos 30 mil trabajadores- prácticamente cerró, a los que había que agregar hoteles, restaurantes y negocios vinculados. Hoy volverán al diálogo con las distintas Cámaras de cada rubro para analizar la nueva situación. También otros gremios más chicos como el del Calzado, Pasteleros y Textiles frenaron las conversaciones a la espera de conocer el decreto.

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