Volver a las fibras naturales

La primera posibilidad, volver a las fibras naturales como la lana o el algodón, es muy obvia, pero también tiene sus inconvenientes. Se trata de materiales más caros y su producción a gran escala tampoco es inocua a nivel medioambiental, pues requiere mucha agua y el uso de grandes superficies de terreno para su cultivo.

Filtros en las lavadoras

Puesto que buena parte de las microfibras que terminan en el agua provienen del lavado, una solución muy práctica sería incorporar filtros en las salidas de agua de las lavadoras que atrapasen esos materiales. “Capturar los microplásticos en su fuente de origen es una muy buena alternativa”, explicó Demirel.

Bacterias come-plástico

La comunidad científica tiene grandes esperanzas puestas en algunas bacterias que son capaces de degradar el plástico, pero se trata de una solución que aún se encuentra en fase de exploración. En el futuro, seguramente, el uso controlado y a gran escala de estos organismos será un gran aliado para biodegradar y reciclar las fibras de microplástico.

Fibras biosintéticas

Pero no basta con reciclar las fibras o filtrarlas para que no lleguen al agua. En el mundo se utilizan toneladas de estos materiales, y es necesario encontrar una alternativa para sustituirlos. En la opinión de Demirel, una opción muy viable es el uso de fibras biosintéticas, que son biodegradables y reciclables y además se pueden mezclar con fibras naturales para proporcionar más durabilidad. El investigador ha desarrollado una fibra de este tipo que se inspira en una proteína encontrada en los calamares y afirma que, además de tener excelentes propiedades, es completamente biodegradable.

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¿De qué estamos hablando exactamente? Según Textil Exchange, una organización sin ánimo de lucro que busca la sostenibilidad en la producción textil, las fibras biosintéticas son aquellas formadas por polímeros que se obtienen a partir de recursos total o parcialmente renovables.

En la actualidad ya hay biopolímeros disponibles comercialmente y que provienen de azúcares, almidones y lípidos renovables, usando como materias primera maíz, caña de azúcar, remolacha y aceites vegetales. Además, se están desarrollando diversas tecnologías para producir fibras biosintéticas a partir de una gama más amplia de materias primas que incluyan, por ejemplo, restos de agricultura y silvicultura.

El problema de la contaminación por plásticos ha adquirido unas dimensiones tales que son necesarias grandes soluciones, soluciones que pasan por una adecuada legislación y por la búsqueda de materiales alternativos. No obstante, a nivel individual los consumidores también podemos aportar nuestro granito de arena: comprar ropa duradera, intentar minimizar nuestros armarios y no abusar del lavado de las prendas son algunos de los hábitos responsables que podemos adoptar para minimizar, en parte, la contaminación por microplásticos.

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