La muerte de Liam Flores, quien a los 4 años murió tras recibir un adoquinazo en la cabeza arrojado para robarle la moto en la que iba con su padre, es una muestra del violento crecimiento de dicha modalidad delictiva
Liam Flores tenía cuatro años y falleció el domingo de la semana pasada tras recibir un adoquinazo en la cabeza, arrojado por delincuentes que intentaban robarle la motocicleta a su padre, que conducía el vehículo. El lamentable hecho se registró en la ciudad de Rosario. Y es, apenas, una pequeña muestra de la extrema violencia en relación a la modalidad de los robos de motos, al punto que las estadísticas oficiales indican que se registran 42 casos por día.
El niño murió el domingo pero se encontraba internado en la unidad de cuidados críticos el Hospital Pediátrico Vilelal desde el jueves, cuando había resultado herido por desconocidos que atacaron a pedradas la motocicleta en la que se desplazaba junto a su padre. El hombre quiso evadir a los ladrones para evitar el asalto, pero Liam recibió un grave traumatismo en el cráneo, por lo que fue llevado en primer lugar al Hospital Gamen, de la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez, de donde fue derivado al Vilela, lugar en el que murió.
Datos de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) sostienen que el año 2018 culminó con un total de 542.899 motocicletas aseguradas, mientras que se pudieron relevar 15.173 hechos de robo total de estos vehículos, a un promedio de 42 casos por día.
Del estudio surge también que el 75 por ciento de los hechos de robo de motos ocurre en la denominada Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), conformada por la Capital Federal y el Conurbano. Para el experto en criminalística Luis Vicat, «el caso del pequeño Liam forma parte de una violentización de las bandas que se dedican al robo de motos, es decir estamos ante un claro incremento en la utilización de técnicas de máxima brutalidad para llegar al objetivo, que es despojar a los conductores de sus vehículos».
«En reiteradas oportunidades, lamentablemente cada vez con mayor frecuencia, observamos que los motochorros se transforman en homicidas cuando intentan detener a las víctimas. La arrojan, empujan, pegan y en otros casos ante la menor resistencia les disparan. Los 42 casos de robos de motos por día son una expresión de la actual violencia delictiva», dijo Vicat.
El informe de la SSN manifiesta que en enero se produjeron 1.383 robos; en febrero 1.688; en marzo 1.666; en abril 1.210; en mayo 1.531; en junio 1.074; en julio de 840; en agosto 907; en septiembre 1.313; en octubre 1.250; en noviembre 1.423; y en diciembre 888.
Para Vicat, «los motivos por los cuales las bandas salen a buscar motocicletas para concretar los robos son varios, pero en primer lugar en este momento de crisis económica del país, se relaciona a la necesidad imperiosa de conseguir autopartes, por lo que ek destino de estos vehíchulos es el desguace para su posterior venta segmentada de los repuestos».
Este argumento se valida por el aumento del valor del dólar, que encarece la importación de piezas, la inflación constante y la falta de dinero para adquirir los repuestos. «Tenemos un segmento de hechos ejecutados por bandas que buscan motos para usarlas como vehículos para seguir robando. Luego, hay otro grupo que roba para vender el artefacto entero en el mercado ilícito. Sin embargo, hoy la enorme mayoría de las motos robadas son para repuestos», dijo Vicat.
Finalmente, el testimonio de Nadia, la madre de Liam, pone en superficie la necesidad de reflexionar sobre este flagelo. «Se venía durmiendo y me decía que cuando llegara a casa iba a dormir con el trofeo que le habían dado en el club Sol Naciente. Iba cantando y se le cerraban los ojos. Cuando miro para uno de los costados, siento el impacto y creo que sólo me habían pegado a mí, pero después bajo la mirada y veo que estaba destrozado», contó.
