El desafío de conformar a los trabajadores en un año electoral.

Antes de la corrida cambiaria que resultó en una devaluación del 105% de la moneda nacional, el gobierno había estimado una suba de precios cercana al 15%. Fue en base a ese cálculo que avanzó la mayoría de las negociaciones paritarias. El año cerró en 47,6% de inflación y la mayoría de los gremios fueron pactando varios retoques o bonos en efectivo para alcanzar al promedio general.

Sin sorpresa, esta semana se confirmó que los sueldos perdieron esa carrera y arrancan la de este año con un claro negativo. Así lo confirmó el gobierno al difundir la evolución de la «Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables» (RIPTE), cifras oficiales que se basan en la variación de las remuneraciones imponibles con destino al sistema de seguridad social.

En el tercer año de Cambiemos, los salarios de los empleados en relación de dependencia aumentaron 30,6%. El Índice de Precios al Consumidor (Indec) fue de 47,6%. La comparación resulta en una pérdida de 17 puntos, y significa una merma del poder de compra de los trabajadores del 11,5%.

«El año pasado la Rosada propuso seguir la inflación proyectada en 15%. Algunos gremios aceptaron con cláusula de revisión, pero el gobierno utilizó ahí una bala de plata que para el escenario 2019 es imposible de repetir», aseguró a Crónica el economista y director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace.

La pretensión de pisar salarios para contener la inflación, mientras los alimentos, el transporte y los servicios continúan en la curva ascendente, se complica aún más si se tienen en cuenta los últimos tres años, con pérdida salarial acumulada del 16,3%. La conclusión surge de la diferencia entre la suba total de los sueldos al 117,3% en 36 meses (ver al lado) y la inflación promedio acumulada del 159,5%.

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«Esta vez, el punto de partida de los gremios será, por lo menos, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central y que ya pronostica una inflación anual del 29%. A eso, buscarán agregar cláusula gatillo sin duda», calculó Di Pace.

En la previa de las urnas, el gobierno reconoció la pérdida e insistió con una pronta mejora. Ayer, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, fue claro al admitir que en la segunda parte del año pasado “tuvimos salario real negativo”, pero también vaticinó que el país se encamina hacia «una mejora que se notará en la recuperación del salario real».

«Hubo un ajuste en el nivel de consumo y tuvimos salario real negativo, y a partir de diciembre empezamos a tener salario real positivo. En la medida en que veamos una recuperación de los haberes, habrá más consumo. No va a ser una recuperación violenta, pero estamos viendo una mejora que se notará en los próximos meses», dijo Sica a Radio con Vos al tiempo que confió: «Estamos convencidos de que vamos a ganar las elecciones, no solo porque en el ambiente económico estamos viendo una mejora, sino porque estamos tomando todas las medidas para dar una estabilidad».

Por su parte, Salta inició el último viernes la negociación salarial con los gremios de los diferentes sectores que componen la Administración Pública Provincial, empresarios e intendentes. La propuesta fue un incremento del 23%, acorde a la meta inflacionaria establecida en el Presupuesto nacional. En 2018, el sector recibió 37,5%.

Otras mesas de debate por los sueldos ya se abrieron (ver página 2) pero por ahora sin definiciones. Nadie quiere ser el primero, a menos que sea un «buen acuerdo». Para el gobierno, una buena relación con los gremios será clave para contener la protesta social.

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A su vez, los empresarios manifestaron descontento por el panorama general, lo que se traducirá en un duelo de prioridades entre salarios razonables y sostener las fuentes de trabajo. Ya en 2018, la actividad de las pequeñas y medianas empresas industriales cayó en torno del 5% en 2018, según la Unión Industrial Argentina.

El presidente de esa entidad fabril, Miguel Acevedo, advirtió que la actividad «continuará en caída»en los próximos meses. «No vemos una recuperación en el corto plazo», anticipó.

«Al contrario, creemos que continuará la caída a lo largo de este primer semestre. Enero y febrero han sido muy malos. La reactivación puede llegar a partir del segundo semestre, a partir de la mejora del campo que algo va a derramar en la industria y la recuperación gradual del mercado interno», sostuvo el dirigente.

Y añadió: «En otro momento, había sectores que estaban mejor que otros. Pero la verdad que ahora la caída es generalizada, no se salva nadie». De hecho, el Indec dio a conocer esta semana que la capacidad instalada de la industria bajó a 56%.

Ajuste al bolsillo de los jubilados

Haberes de jubilados y asignaciones subirán 11,8% en marzo y 10,8% en junio. A pesar del alza del 23,9% que se aplicará en el primer semestre, no alcanzará para recuperar lo perdido durante el desplome real del 13% del año pasado. A su vez, el gobierno puso fin al Reintegro del IVA a jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones para protección social, al no prorrogar la ley que contempla el beneficio y que venció el último 31 de diciembre.

La jubilación mínima ascenderá a $ 10.410. Actualmente es de $ 9.309,10. Será el primero de dos aumentos programados para este año, debido a la Ley 27.426. En junio subirá a $ 11.535. Por su parte, la AUH, actualmente en $ 1.825, tras el último aumento aplicado en diciembre pasado, se incrementará en marzo a $ 2.040, y en junio pasará a $ 2.260.

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En tanto, quienes perciben la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM), prestación que otorga ANSES a las personas mayores de 65 años que no cuentan con ninguna jubilación o pensión, pasarán de los actuales $ 7.447,3 a $ 8.328,3 en marzo, y a partir de junio cobrarán $ 9.228.

Industria usa el 56% de sus máquinas

El conjunto de la industria argentina utilizó un 56,6% de la capacidad instalada en diciembre de 2018, es decir poco más de la mitad, según informó el Indec. Es el nivel más bajo desde julio de 2002.

La merma en la producción fabril incide directamente en el margen de negociación salarial. A nivel interanual, la disminución fue de 7,4 puntos porcentuales.

Uno de los sectores con peor desempeño industrial fue el automotríz. Utilizaron solo un 25,6% de su capacidad instalada, una caída frente al 38,3% registrado en el mismo mes de 2017. En capacidad ociosa siguen la producción de textiles, que utilizó la capacidad instalada al 32,3%, inferior al registrado en el mismo mes de 2017 (55,7%). El tercer puesto fue para la metalmecánica, con el 42,8% y cuarto, fabricación de alimentos y bebidas, con el 58,9%.

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