Por desgracia, en Ucrania está lloviendo sobre mojado. Según Amnistía Internacional, antes de la guerra la situación era ya de emergencia humanitaria, estimándose en unos 430.000 los niños de las zonas de Donetsk y Luhansk con traumas psicológicos graves derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania, desde 2014. Y esas son cifras anteriores a la invasión ordenada por Putin. La cantidad de menores afectados hoy en día es muchísimo mayor.

Algunos niños ucranianos han conocido los bombardeos desde que nacieron. Y junto a los menores, sus madres conforman el grueso de quienes escapan, en un doloroso exilio. Las mujeres, con frecuencia las únicas a cargo de los niños, acarrean con la responsabilidad de salvar la vida de sus pequeños, y proporcionarles una mínima estabilidad, fuera de sus fronteras, mientras sus padres se suman a las filas para combatir.

Y es que la desgracia se ha cebado con Ucrania. La pandemia de COVID-19, junto con la falta de acceso a servicios básicos como el acceso al agua, la salud o los transportes, hicieron especialmente vulnerables a los enfermos psiquiátricos, que quedaron muy lejos en la lista de prioridades. Quienes ya luchaban contra un trastorno mental, verán ahora muy agravadas sus enfermedades.

Cada vez sabemos más sobre las fatales repercusiones psicológicas que tienen las guerras. Dada la incontestable evidencia disponible, urge que las instituciones internacionales prioricen el desarrollo de servicios de salud mental en contextos de guerra, destinados tanto a quienes permanecen dentro de sus fronteras como a las personas desplazadas, que huyen del terror en busca de una mínima esperanza; que anhelan dejar, algún día, de sobrevivir, para empezar, de nuevo, a vivir.

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Referencias:

American Psychiatric Association. 2013. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). DOI: 10.1176/appi.books.9780890425596

Charlson, F. 2019. New WHO prevalence estimates of mental disorders in conflict settings: a systematic review and meta-analysis. The Lancet, 394(10194), 240-248. DOI: 10.1016/S0140-6736(19)30934-1

Garry, S. 2020. Armed conflict and public health: into the 21st century. Journal of Public Health, 42(3), e287-e298. DOI: 10.1093/pubmed/fdz095

Rozanov, V. 2019. Mental health consequences of war conflicts. In Advances in psychiatry (pp. 281-304). Springer, Cham. DOI: 10.1007/978-3-319-70554-5_17

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