El cadáver decapitado y mutilado hallado a fin de marzo en una remota playa de Centinela del Mar, cerca de Miramar no pudo ser identificado, pero un clavo en el tobillo de la víctima se convirtió en un elemento clave para los investigadores.

El 28 de marzo el cuerpo sin cabeza y con faltantes en pies y brazos fue descubierto por un trabajador rural sobre la playa ubicada a 34 kilómetros al sur de Mar del Sud, dentro del partido de General Alvarado.

La fiscal Ana Caro requirió fue un informe preliminar para establecer el sexo, ya que por el estado en descomposición en que se encontraba el cadáver. Además actuaron sobre el cuerpo las mareas y la fauna marina depredadora presente en aguas más profundas.

Los médicos forenses realizaron la autopsia y determinaron que se trataba de un hombre con una edad aproximada de entre 50 y 60 años. También que medía 1.65 metros de estatura y que la muerte podría datar del mes de diciembre.

Podrían solicitarse otras medidas como una extracción de ADN para tratar de cotejarlo con el banco de personas buscadas.

Podrían solicitarse otras medidas como una extracción de ADN para tratar de cotejarlo con el banco de personas buscadas.

La autopsia también arrojó otros datos, como que el cuerpo no presentaba signos de violencia y que todo parecía indicar que los faltantes eran no vitales, es decir que no murió por el cercenamiento de la cabeza sino por, probablemente, asfixia por inmersión.

También que por algunas características de la fauna que lo afectó, el cadáver estuvo en un sitio alejado de la costa. Por este detalle, la fiscal Caro solicitó informes a Prefectura Naval sobre incidentes en alta mar con algún tripulante de una embarcación.

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En el tobillo izquierdo se observó la colocación de un clavo quirúrgico y esa pieza será analizada con intención de rastrear algún número identificatorio y su implantación.

Está prevista una pericia necrodactiloscópica, para evaluar si algunos rastros obtenidos del cuerpo, una vez acondicionados son aptos para cotejarlos con los registros oficiales.

En caso de ser necesario, podría ordenarse además la extracción de muestras de ADN para comparar con búsquedas de paradero activas en la región.

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