El corazón de un hincha de fútbol tiene espacio para colocar a los ídolos de cada uno de los grandes momentos que vive el club de sus amores. Siempre hay preferencias de acuerdo a la edad de los simpatizantes y a los momentos vividos.
Pero para la gente de Belgrano decir Ricardo Zielinski es sinónimo de indiscutido. Porque su paso dejó una huella imborrable para el Pirata y el fútbol nacional.
“El Ruso” es un tipo de gesto adusto, simpático con sus amigos y de risa sincera, llegó al Celeste a fines de 2010. Metió la primera pre temporada en Necochea en 2011 y de allí hasta mediados de 2016, cuando se alejó de Alberdi, fue marcando a cada uno de los hinchas para quedar para siempre en el recuerdo.
Hoy el Ruso está en Estudiantes de la Plata, dejando su sello y en el banco de Belgrano se encuentra Guillermo Farré, un discípulo suyo que aprendió en el campo las ideas y los conceptos del “viejo” entrenador”, para después aplicar mucho de ellos fuera del terreno cuando se calzó el buzo de técnico.
La primera vez
Zielinski y Farré se conocieron en el predio Armando Pérez. Allí el DT se presentó en el inicio de 2011 y el ahora entrenador Pirata formaba parte de la plantilla que no venía para nada bien en el torneo del ascenso.
El 4 de febrero de 2011, “el Ruso” dirigió su primer encuentro al frente de Belgrano, el 5 titular fue Farré y el rival San Martín de San Juan. El volante había llegado al Celeste hacía algo más de tres años y a fuerza de mucho trabajo se había ganado su lugar en el centro del campo.
“El Ruso”, con una trayectoria enorme en el ascenso (Atlanta, San Telmo, Deportivo Morón, San Martín de San Juan, Defensa y Justicia, All Boys, Juventud Antoniana de Salta, El Porvenir, Temperley, Ben Hur de Rafaela, Chacarita Juniors y Patronato de Paraná), lo adoptó como uno de los pilares de su estructura para buscar regresar al Pirata a Primera.
Juan Olave, Gastón Turus, Farré y César “el Picante” Pereyra, fueron los principales puntos de apoyo de quien luego quedaría en la historia del fútbol por sus logros.
Farré, estuvo junto al Ruso desde enero de 2011 hasta junio de 2016, cuando Zielinski se fue del Pirata. Fueron 5 años y medio de aprendizaje, de largas charlas en las concentraciones y de mucho esfuerzo para llevar entre todos al Pirata hacia “mares tranquilos”.
Sin el Ruso, aquel grupo exitoso se fue desmembrando y terminó separado del club en su totalidad. Farré decidió seguir su carrera en el ascenso y vistió la camiseta de Mitre de Santiago del Estero, después la de Estudiantes de Río Cuarto y cuando colgó los botines para vestirse de entrenador, llegó el llamado desde La Plata y “el Guille” se sumó al cuerpo técnico de Zielinski.
El ahora DT del puntero del torneo de la Primera Nacional, dibujó sus primeros trazos como entrenador a la par de quien fue el técnico que más potencial le extrajo en sus tiempos de futbolista.
Cuando su nueva carrera se puso en marcha y mucho antes de lo que se imaginó, un llamado desde Córdoba lo trajo nuevamente hasta el club donde pasó sus mejores años en la época de jugador: Belgrano.
Hubo una charla con el Ruso y el visto bueno de este para que “si se sentía con confianza para asumir el desafío, no lo dudara” y el “sí” de Farré a la “B” se dio en mayo de 2021.
Cara a cara
Los caminos los cruzan en un estadio de fútbol. Es el duelo del maestro y su discípulo, porque Farré nunca desconocerá que uno de los técnicos que más lo han marcado es Zielinski y “el Ruso” sabe que sus palabras fueron claves para la formación del ahora entrenador.
Es la primera vez que se medirán en estas condiciones. Cada uno al frente de un equipo. Se puede hablar de duelo, pero en realidad no es así, sino que es el cruce de “dos tipos” que están en el corazón del hincha de Belgrano, que le dieron una de las más grandes alegrías y que son sinónimo de “Piratas” sin importar en dónde se encuentren.
“No es un partido más, Belgrano es mi vida. Es un equipo al que le tengo mucho cariño. Tengo un sentido de pertenencia muy grande por Belgrano. Es un rival que no hubiese querido enfrentar”, dijo Zielinski esta semana.
Farré ya se radicó en Córdoba y sostiene: “Llevar esta camiseta es saber que nada es imposible, que siempre lo vamos a intentar. Jugar en Belgrano trae en su mochila toda la historia de la institución”.
Los dos se conocieron en Belgrano y son parte de la historia del club. Farré, además, de su presente. Maestro y alumno estarán cara a cara, pero el que gane no es el mejor, porque los dos están en el corazón del hincha como ídolos y eso no se mancha por un partido.
