El flamante monarca del Reino Unido, Carlos III, dirigió este viernes un mensaje a su país en el que destacó que su madre, Isabel II, tuvo “una vida bien vivida”.
Con “dolor” por la pérdida y “gratitud” por la dedicación de su predecesora durante siete décadas de reinado, el soberano renovó el compromiso de por vida que su progenitora asumió al ascender al trono, el 6 de febrero de 1952.
El nuevo monarca recordó a su madre como una “inspiración” y un “ejemplo” tanto para la familia como para la ciudadanía en general; lo hizo en un histórico primer discurso a la nación desde el Palacio de Buckingham, donde el nuevo rey nació el 14 de noviembre de 1948.
Un portarretrato con una foto de Isabel II acompañó de cerca al soberano en la alocución que se grabó previamente en plano fijo.
“La deuda que asumimos con nuestra madre es la mayor que una familia jamás podría llegar a tener, por su amor, cariño, guía y ejemplo”, reconoció el rey.
“Su dedicación y devoción como soberana nunca vacilaron a través de momentos de cambio y de progreso, de alegría y celebración, de tristeza y pérdida”, valoró.
“Sé que su muerte genera mucha tristeza a muchos de ustedes y comparto con ustedes ese sentimiento de pérdida sin medida”, resumió emocionado.
Décadas de cambios
Carlos III enfatizó que el mundo ha cambiado en siete décadas, desde la posguerra hasta la actualidad; no obstante, abogó por mantener los valores de manera constante y apuntó que “los deberes de la monarquía también continúan”, ahora con él al frente.
El nuevo rey asumió que tiene un cargo vitalicio -”durante el tiempo que Dios me mantenga con vida”- y por el que su vida cambiará radicalmente.
El soberano expresó palabras de afecto a su “querida” esposa, la reina consorte Camila, y le agradeció su lealtad: “Sé que estará a la altura de las nuevas exigencias”, destacó.
También mencionó a su primogénito, el príncipe Guillermo, primero en la línea de sucesión al trono. Confirmó, asimismo, el traspaso formal del ducado de Cornualles. El heredero será también príncipe de Gales, tal como decretó su padre en el primer mensaje a los británicos
Finalmente, aludió a la esposa de Guillermo, Catalina, y manifestó su amor por su hijo menor, Enrique, y por su mujer, Meghan Markle.
A su arribo al Palacio de Buckingham, el soberano mostró una imagen pública de cercanía y cordialidad al estrechar la mano y saludar de manera personal a varios de quienes desfilaban acongojados frente a la residencia real, imagen que se mantiene constante desde que se conoció la infausta noticia de la muerte de la Reina Madre.
Esa actitud del monarca contrasta con el estilo más distante de Isabel II y plantea interrogantes acerca de que si esa será la imagen que mostrará frente a la ciudadanía de aquí en más.
Día agitado
Al amanecer del primer día completo como rey, Carlos III lo recibió en el castillo de Belmoral, la residencia veraniega de la monarquía en Escocia donde había acudido el jueves último para despedir a su madre. Isabel II murió anteayer recostada en el lecho principal de la fortaleza que se transformó en palacio real en 1848, cuando la entonces reina Victoria y el príncipe Alberto decidieron pasar allí un verano en familia.
El flamante soberano y su esposa Camila Parker Bowles salieron desde la morada final de la Reina Madre en el asiento trasero de un vehículo oficial hacia el aeropuerto de la ciudad de Aberdeen; desde allí volaron a Londres.
Medio centenar de personas se encontraban a esa hora apostadas en semicírculo en torno a la puerta principal del castillo, enclavado en un predio de mil hectáreas rodeado por la exuberancia natural del parque Cairgorns. La mayoría de ellas, eran vecinos de los cercanos pueblos de Crathie o Balleter que se trasladaron al lugar a rendir un último homenaje a una soberana muy querida por su pueblo y quien portó el trono durante 70 años, la jefatura de Estado del Reino Unido y de sus territorios de ultramar más prolongada en la historia británica.
En la capital inglesa, Carlos III se reunió con la primera ministra Liz Truss, ungida en el cargo por Isabel II el martes último. Lo hizo también con el conde mariscal, Edward Fitzalan-Howard, encargado de preparar la proclamación del rey y el funeral de la Reina Madre.
El sucesor de Isabel II será proclamado rey este sábado en el Consejo de Ascensión convocado para las 9, hora local, en los Apartamentos de Estado del palacio de Saint James, en Londres.
