Luego de un año de gestión de una comisión normalizadora y después del desplazamiento de José “Pepe” Pihen, la CGT Regional Córdoba volverá a tener una nueva conducción, a través de un triunvirato. La novedad es que los “caciques” sindicales no tienen vínculos con la gestión del gobernador Juan Schiaretti.
Durante más de una década, Pihen fue el referente de la central obrera local. Se trata del histórico líder del Sindicato de Empleados Públicos (SEP) y actual legislador provincial oficialista, con militancia reconocida en el PJ cordobés que lidera el gobernador Schiaretti.
Pihen tuvo un vínculo muy estrecho con el fallecido exgobernador José Manuel de la Sota. Con Schiaretti tiene una relación personal más distante, pero fue legislador en los dos últimos mandatos schiarettistas y es un gremialista con diálogo directo con el Centro Cívico en cada discusión paritaria o en cualquier conflicto que involucre a los empleados estatales.
En un año electoral en Córdoba y en el país, el dato político sobresaliente es que la nueva conducción de la CGT local estará integrada por tres dirigentes que no tienen una relación cercana con el Gobierno provincial. Los tres responden directamente la conducción de la CGT nacional.
El próximo 27 de febrero, en el plenario ordinario que conducirá el delegado normalizador de la CGT nacional, Horacio Otero, y que se realizará en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), será proclamada la nueva conducción cegetista cordobesa.
La flamante cúpula estará integrada por un triunvirato, integrado por Rubén Urbano (UOM); Edgar Luján (Camioneros) y Ricardo López (Atsa).
Los tres gremialistas son peronistas, pero sin nexos con el oficialismo provincial.
Urbano es un peronista con escasa militancia en el PJ local, que responde a la conducción nacional de la UOM, liderada ahora por el cristinista Abel Furlán, quien derrotó en las últimas elecciones al histórico dirigente metalúrgico Antonio Caló.
El gremialista cordobés se define como un “peronista de Perón”, para dejar claro que no milita en el kirchnerismo. Además, Urbano tiene una mala relación personal con el ministro de Trabajo de la provincia, Omar Sereno.
Mientras que Luján responde a la conducción nacional de Camioneros que lideran Hugo y Pablo Moyano, dos gremialistas alejados de la prédica anti kirchnerista que pregona el gobernador Schiaretti.
Por su parte, Ricardo López reemplazó a su padre, del mismo nombre, líder de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Atsa), no tiene demasiadas relaciones con el oficialismo provincial.
Alineamientos electorales
Que no tengan un vínculo estrecho con el Gobierno provincial y el PJ cordobés no significa que la nueva conducción de la CGT no vaya a trabajar para el candidato oficialista Martín Llaryora.
Es más, en los últimos días del año pasado, el candidato a gobernador oficialista encabezó un brindis de fin de año con la actual comisión normalizadora, en el predio de Camioneros, en camino a Alta Gracia.
De todos modos, el oficialismo provincial tendrá a un aliado importante en la futura conducción de la central obrera local.
Si bien no integrará el triunvirato, Pablo Chacón, referente del gremio de Comercio de Córdoba, es un dirigente influyente en la CGT Córdoba, y es muy cercano a la senadora Alejandra Vigo.
Chacón fue el nexo para que Vigo gestionara el encuentro que Schiaretti mantuvo el miércoles último con Armando Cavalieri, el líder de la Federación de Comercio nacional.
Cavalieri se comprometió con Schiaretti a gestionarle una reunión con al menos una parte de la cúpula de la CGT nacional.
En esa reunión, dicen que el gobernador le ratificó al veterano gremialista que será candidato presidencial en las Paso del 13 de agosto.
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La central obrera es también conducida por un triunvirato,integrado por Héctor Daer; Carlos Acuña y Pablo Moyano.
De los tres, Daer y Acuña son los que se sentarían a hablar con Schiaretti, en su anhelo del gobernador cordobés de armar un nuevo espacio.
Es poco probable que Pablo Moyano, alineado con Máximo Kirchner, participe de ese encuentro político.
Discusión por cargos en las listas
Una de las primeras decisiones políticas de la flamante conducción cegetista será lanzar en Córdoba el Frente Sindical Peronista, la pata política del sindicalismo, que la CGT nacional impulsó en un acto que se realizó el 17 de octubre pasado, en el Día de la Lealtad, en el club Obras Sanitarias de Capital Federal.
Este frente sindical tiene como objetivo que en las listas peronistas de todo el país haya lugares para sindicalistas. Córdoba no será la excepción a esta estrategia política.
El próximo 10 de marzo es probable que se lance en la provincia este frente sindical, con el cual buscará disputar lugares en las boletas de Hacemos por Córdoba o como se llame la alianza electoral que el PJ liderará, con la candidatura a gobernador de Llaryora.
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En las últimas elecciones provinciales, el PJ acordaba los lugares para el sector gremial con Pihen. Ahora la flamante cúpula cegetista aspira a sentarse a negociar esos espacios con Schiaretti y Llaryora.
Actualmente, hay tres legisladores provinciales de origen sindical: el propio Pihen; Sara García que fue impulsada por el titular del SEP, y Carmen Suárez, del sindicato de Amas de Casa que responde a Alejandra Vigo.
Pihen no tiene reelección y en abril dejará la conducción del SEP. Aunque no se retirará de la política. Intentará colocar a alguien de su sector gremial en las listas de candidatos del oficialismo.
La CGT local tratará de hegemonizar esa discusión con el candidato oficialista y el propio gobernador. Ahí tendrán otra pulseada con Pihen, quien conduce a un grupo de gremios en la autodenominada CGT Córdoba, que no tiene el reconocimiento de la central obrera nacional.
