Una noticia que le inflará el pecho a los platenses se conoció en las últimas horas, después de que la fábrica local Monje Negro haya ganado la medalla de oro en el Mundial de Alfajores. Fernando Muñoz, uno de los socios del emprendimiento con origen en La Plata, contó la historia de Monje, la supervivencia durante la pandemia y explicó cómo lograron superponerse a grandes empresas de larga vigencia en el mercado.

En diálogo con 221Radio, Fernando explicó el formato del mundial en el que representaron a todos los platenses. «Se hizo un mundial en el que se iba a elegir al mejor alfajor del mundo, ya que participaron varios países, no solamente de Argentina. Se dividía en 15 categorías y cada alfajor dependiendo de sus características participaba de todas o las que les correspondían», cuenta.

Monje Negro ganó el oro en la categoría «Textura» y Fernando cuenta el orgullo que les genera dicho logro. «La categoría textura es muy importante, porque lo que hacen los jueces es ver cómo queda amalgamado o cómo se combina la tapa, el dulce de leche o el relleno y esto es lo que se evaluó. Por gente del jurado, nos decían que cuando se muerde el alfajor tienen que quedar las materias primas en el paladar. El nuestro tiene un doble baño de chocolate que lo hace un poco más crocante en la cobertura, después viene la masa de la tapa y el dulce de leche que parece que les habrá gustado a todos los jurados», explicó.

El alfajor estrella fue el «Cacao Intenso», pero a la competencia se presentaron dos tipos. «Nosotros presentamos dos muestras: el Tradicional y el Cacao Intenso, este último tiene algo de 5 o 6 meses en el marcado así que es algo muy importante para nosotros», dice Fernando quien al mismo tiempo refleja la felicidad por el reconocimiento: «nos pone muy contentos este premio porque participamos contra marcas nacionales con más de 20 años en el mercado. Esto nos da mucha visibilidad por suerte, los que nos conocen a los tres saben que le metemos día y noche todo el día. En cuanto a crecimiento tenemos bastante claro cual sería la forma de crecer, ya nos empezaron a escribir de otras ciudades».

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UNA FÁBRICA JOVEN

El premio, más allá de tener un sello platense, sorprende por el poco tiempo que lleva la empresa dentro del mercado y, con pandemia de por medio, pudieron renacer y consagrarse con este valioso premio que le da prestigio a una marca que pretende instalarse en el país. «Monje es una empresa muy joven, tiene 5 años, la comenzaron tres amigos. En ese grupo yo no estaba originalmente, siempre los asistí desde afuera. En la pandemia la pasamos muy feo y todo se cortó al punto de casi terminar con todo, pero por suerte pudimos reflotar y volvimos más fuertes que nunca», relata Fernando.

«Ninguno estaba relacionado con el mundo de la alfajorería y la pastelería, todo arrancó cuando a uno le surgió la oportunidad de comprar máquinas y ahí se largaron a hacerlo. Arrancó la formula de cero, después se fue reformulando hasta ser lo que hoy es Monje», cuenta.

Llegando al cierre, Fernando informó que la fábrica tiene un take away en 44 y 25 donde se pueden ir a probar sus alfajores. «Es un cafecito, es un lugar excelente. Además en La Plata lo podes encontrar en muchísimos comercios, supermercados, kioscos, entre otros». Sumado a esto, contó que un alfajor Monje Negro cuesta «entre 150 y 160 pesos, depende la zona» para los platenses que deseen acercarse a comprar y probar el alfajor galardonado.

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