La casa de Yamila González está en medio de barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. La pintura está descascarada, pero el orden y la limpieza hablan de un gran esfuerzo familiar. Allí hacen la comida y muchas veces reparten las viandas que hacen desde el comedor “Caritas Felices” que funciona hace años. Otras veces usan el centro vecinal. Yamila y su marido tienen tres hijos de 18, 10 y 3 años.

La crisis económica de los últimos años ha impactado de lleno en la familia y aunque Yamila trabaje en el comedor, en su casa la comida no alcanza. “Mis hijos más chicos empezaron ir al Paicor al mediodía. Antes no nos hacía falta. Los grandes comemos una vez al día. Reducimos el consumo de carne a solo una vez a la semana, dos veces a la semana lácteos para los chicos, y frutas y verduras cada vez menos”, dice con pesar. Lo que más le cuesta es no poder compartir ese momento al mediodía todos juntos.

“Mi marido trabajaba en blanco en el rubro de la construcción y en pandemia se quedó sin trabajo y comenzó a hacer changas. Ahora está en una obra en Río Primero. Sale temprano y vuelve tarde todos los días, y el fin de semana busca alguna otra changa, como cortar el pasto o algo de construcción para tratar de llegar a fin de mes. Yo cobro el Potenciar Trabajo por las tareas que hago en el comedor. También la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar. Aún así no llegamos”, dice.

Que le dinero alcance es un ingenio de todos los días. “Según las necesidades vamos viendo qué podemos pagar. Si tenemos los chicos enfermos y tenemos que comprar medicamentos dejamos el gasto del teléfono para el otro mes. Las salidas ahora se redujeron una vez al mes, como para que los chicos se distraigan un poco, les hace bien. Antes lo hacíamos más seguido”, relata Yamila.

Mirá También:  Un empate y dos triunfos para Los Pumas 7s en el Seven de Vancouver
Yamila Gonzalez y Alejandra Flores, del comedor libres del sur de barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. (José Gabriel Hernández / La Voz)
Yamila Gonzalez y Alejandra Flores, del comedor libres del sur de barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. (José Gabriel Hernández / La Voz)

En su casa la acompaña Alejandra, otra de las coordinadoras del comedor Caritas Felices, que pertenece a Barrios de Pie (organización de Libres del Sur). Los bolsones de comida llegan desde Nación, aunque aseguran que no es siempre la misma cantidad, entonces en función de eso hacen la mayor cantidad de viandas posibles.

En el comedor van a almorzar unas 60 personas. Aseguran que en comparación a otros años, ahora van familias completas a buscar las viandas y lo hacen buscando por día en distintos comedores.

“Es doloroso ver a los adultos mayores pedir por comida. Gente que ha trabajado toda su vida”, dice Alejandra. Ella, con 53 años, no consigue trabajo. “Por la edad”, dice y recuerda que durante 20 años trabajo atendiendo un comercio. Su marido tamién estaba en un taller mecánico “en blanco” y ahora hace changas y sale a buscar cartón. Sus ojos se llenan de lágrimas porque dice que nunca se imaginó llegar a esta situación.

Yamila Gonzalez y Alejandra Flores, del comedor libres del sur de barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. (José Gabriel Hernández / La Voz)
Yamila Gonzalez y Alejandra Flores, del comedor libres del sur de barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Ambas rescatan la importancia de la organización colectiva, del trabajo en conjunto con los vecinos, allí donde “el Estado debería estar y no llega”. “Desde la organización y Mumalá damos talleres. Yo doy uno de pastelería y vendemos las cosas que hacemos. Es un aprendizaje para que puedan desenvolverse”, dice Alejandra a quien le preocupa especialmente que la juventud pueda salir adelante.

En medio de la crisis tanto Alejandra como Yamila reconocen que trabajar en forma conjunta, el reunirse en un mismo lugar y participar de un proyecto colectivo ayuda –más allá de los económico– a las personas y a las familias en lo anímico y emocional.

Mirá También:  Terror arriba de un micro 307: le apoyan una cuchilla en el cuello al chofer para robarle
Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *