En el mar de dudas que todavía presenta el proceso de segmentación tarifaria, hay una que es crucial: ¿le llegarán al Estado los fondos extra que pagarán los usuarios que pierdan los subsidios?

La pregunta parece insólita, ya que todo este proceso –que hasta se llevó al ministro Martin Guzmán– se encaró para reducir el déficit fiscal. Pero no lo es, porque Cammesa hasta ahora no ha tomado los recaudos necesarios para que esos fondos les lleguen a sus arcas y, ergo, se reduzcan los aportes del Tesoro nacional.

Entre enero y el 31 de julio pasado, Cammesa –que es la administradora del mercado eléctrico argentino– tuvo gastos por 859.820 millones de pesos. Es lo que necesitó para generar la energía que consumió el país: ahí está el pago a los productores, a la energía que viene de Uruguay, Chile y Brasil y la importación de combustibles.

Dato aparte: se importó fuel oil para las usinas eléctricas por 267 mil millones de pesos (abonados en dólares) en lugar de usar biocombustibles locales.

Sin embargo, apenas recaudó de las distribuidoras 287.384 millones de pesos, es decir, el 33,4% de lo que necesitó el mercado para generar energía.

Amigos. Las empresas Edesur y Edenor, son empresas privadas que más le adeudan a la empresa nacional. Edenor es propiedad del grupo Manzano-Vila, empresarios amigos del ministro Sergio Massa. (La Voz / Archivo)
Amigos. Las empresas Edesur y Edenor, son empresas privadas que más le adeudan a la empresa nacional. Edenor es propiedad del grupo Manzano-Vila, empresarios amigos del ministro Sergio Massa. (La Voz / Archivo)

Todo lo demás fueron aportes del Tesoro nacional: 532.068 millones de pesos en siete meses. Un gasto estratosférico que equivale a casi un punto del PBI.

De una manera simplista, podría decirse que todo el desvío por encima del 2,5 puntos de déficit primario acordado con el FMI está ahí. Cammesa es la madre del borrego.

A la luz de los números, no hay dudas de que la Argentina abarató en términos reales sus tarifas de luz y que por eso los subsidios fueron crecientes.

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En el 2020, con una inflación del 36%, la energía mayorista para los residenciales subió 6%; en el 2021 se actualizó 9% con una inflación del 51% y en el 2022, 32% frente a una inflación hasta el momento del 64%.

El atraso es gigantesco, porque los costos de generar la energía subieron en pesos y en dólares, fogoneados todavía más después de la guerra en Ucrania.

Pero el atraso es una parte del problema. La segunda parte es que las distribuidoras –algunas escandalosamente más, otras menos– no le pagan a Cammesa esa energía barata que les distribuye.

Es como si el carnicero dejara sin pagar las reses que le manda el frigorífico. ¿Cuánto podría durar su negocio con ese atraso?

Deudas al por mayor

En la Argentina no pasa nada. Las distribuidoras le adeudan a Cammesa 420.198 millones de pesos a julio de este año: reciben la energía, la distribuyen, cobran las boletas a sus clientes y no le pagan a Cammesa, o le pagan una parte de la posición.

Apenas el 52% de las empresas paga el 100% de la energía que recibe y está al día. El 9% abona entre el 99% y el 75%; el 12% entre la mitad y 74%; el 9% entre 25 y 49%; 8% no llega a pagar la cuarta parte de la boleta y el 10% directamente no paga nada.

La explicación principal es que tienen costos de distribución pisados en sus distritos y se financian directamente con la materia prima.

Hay 79 distribuidoras morosas. Algunas deben hasta 22 meses, como es el caso de la cooperativa de Rawson o 19 la de Trelew. Pero las más significativas son Edenor y Edesur, que explican el 43,3% de las acreencias de Cammesa. Si se agregan las otras distribuidoras que operan en la provincia de Buenos Aires, llegan el 63% de lo adeudado.

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Edenor (del grupo Vila-Manzano, amigos confesos del nuevo ministro de Economía Sergio Massa) le debe al sistema 86.449 millones de pesos, el equivalente a 6,13 meses. Edesur adeuda 95.470 millones, 7,6 meses.

Cómo está Córdoba

Epec, en ese marco, adeuda 8.290 millones (el 2% de los atrasos de Cammesa) y sus autoridades explican que se dejó esa deuda para compensar los costos derivados de las contemplaciones tomadas durante el 2020 de la pandemia, dispuestas por la propia Secretaría de Energía.

No hay cifras de cuánto será el ahorro, tanto del que provenga del 29% de los usuarios que no pidió conservar el subsidio como del 71% que teniendo el subsidio, lo tendrá limitado. Desde Energía indicaron 500 mil millones en año calendario, pero poco de eso se aplicará en el 2022, porque es de a tramos.

Cálculos conservadores arriesgan 50 mil millones, cobrados al usuario, este año. Es decir que, en el mejor de los casos, esos fondos extras vía tarifa equivaldrían al 12% de los 420.198 millones que le adeudan a Cammesa, siempre y cuando las distribuidoras se los deriven.

Si el equipo técnico de Energía –cuya conducción sigue indefinida– no toma los recaudos al respecto, los aportes del Tesoro seguirán creciendo a ritmo sideral, al punto que se calcula que orillarían el billón de pesos al terminar el año.

Eso explica el 12% del gasto público total del Estado y casi la mitad del rojo fiscal que Massa, al menos, dijo que buscará achicar. Una vez más: ahí está la madre del borrego.

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