El número de muertos por las lluvias en Rio Grande do Sul, el estado brasileño fronterizo con la Argentina y Uruguay, ascendió a 59, según informaron este sábado las autoridades locales, mientras que decenas de personas siguen desaparecidas.

La autoridad de Defensa Civil de Rio Grande do Sul consignó que 67 personas seguían desaparecidas y que casi 25.000 habían sido desplazadas, ya que las tormentas afectaron a más de la mitad de las 497 ciudades del estado brasileño.

Más de 8.000 personas, algunas subidas a los techos de sus casas, tuvieron que ser rescatadas por helicóptero o barcos en el que es considerado por las autoridades como el peor desastre natural de la historia de la región.

Las inundaciones destruyeron rutas y puentes en varias regiones del estado. Las tormentas provocaron corrimientos de tierras y el derrumbamiento parcial de una presa en una pequeña central hidroeléctrica. Un segundo embalse en la ciudad de Bento Gonçalves también corre el riesgo de derrumbarse, según advirtieron las autoridades.

En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, el río Guaiba alcanzó los 4,23 metros, su mayor alza desde 1941, e inundó las calles. El aeropuerto internacional de la ciudad suspendió todos los vuelos por tiempo indefinido.

Las autoridades señalaron una probabilidad de inundaciones alta o muy alta para distintas regiones de Rio Grande do Sul y el estado vecino de Santa Catarina, así como deslizamiento de tierra por las lluvias, mientras muchos pobladores aún aguardaban ser rescatadas.

“Más de 8.000 personas ya han sido rescatadas por tierra y aire, en las más diversas circunstancias de este dramático momento que vivimos”, explicó el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, quien hizo “un llamamiento a todos los que se encuentran en una zona de riesgo para que abandonen estos lugares y se refugien en un lugar seguro”.

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Leite aseguró, asimismo, que se desplegaron sobre el terreno “más de 2.000 hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad del Estado y al menos otros 1.000 de las Fuerzas Armadas”, que están “trabajando incansablemente en los rescates”.

A diferencia del temporal de 2023, cuando las lluvias se concentraron en sólo unas pocas áreas de esta misma región, ahora afectaron a todo el territorio, convirtiéndose en el mayor desastre de la región en la historia reciente.

Según el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil, este sábado podría haber más lluvias en las regiones septentrionales del estado, y las autoridades instaron a los habitantes de las zonas de riesgo a buscar refugio en otros lugares.

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