Atienden a cuatro millones de hogares a lo largo del país. Sufren una alta morosidad a causa de los aumentos y se quejan de que no tienen el mismo trato que Edenor y Edesur frente a Cammesa. Advierten que no podrán afrontar el nuevo incremento.

Las cooperativas del sector de la distribución eléctrica, que brindan servicio a 4 millones de hogares en todo el país, lanzaron una advertencia pública al Gobierno por el impacto del nuevo tarifazo eléctrico que comienza a aplicarse desde el mes que viene. “Las cooperativas sufrimos un alto grado de falta de pago por parte de los usuarios por los aumentos de estos últimos años y con este nuevo incremento dispuesto por Cammesa tendremos aun más morosidad”, señaló ayer José Bernardo Álvarez, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE). La empresa más importante que forma parte de esa entidad es la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza de Neuquén (CALF), cuya posición es directamente no pagar a Cammesa el aumento de la luz, como anticipó este diario días atrás.

La política tarifaria oficial suma cada vez mayor oposición. A la par de los cacerolazos previos a fin de año y la marcha popular de las antorchas que tuvo lugar el jueves frente al Congreso Nacional, también se plantó un grupo de distribuidoras eléctricas medianas y pequeñas que no tienen la escala económica de Edesur, Edenor y Edelap ni tienen el apoyo de las provincias. La crítica de estas entidades tiene otro color porque en su momento apoyaron el proceso de quita de subsidios eléctricos, pero ahora consideran que los tarifazos se fueron de cauce. “Acompañamos en su momento el sinceramiento de las tarifas propuesto por el Gobierno. Un 700, 800 por ciento podría ser algo razonable. Pero con este incremento nuestra tarifa queda un 1800 por ciento por encima de marzo de 2016. Ya no es posible trasladar nuevos aumentos a los usuarios”, plantea Carlos Ciapponi, presidente de la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza (CALF).

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Ayer la dirigencia cooperativista en el área de servicios públicos se reunió y acordó salir en conjunto a criticar al Gobierno. “Estamos financiando a nuestros usuarios, que no es que no nos quieren pagar sino que no pueden. No es una cuestión de rebeldía, es que no va a haber el dinero para pagar la energía. No estamos proponiendo la desobediencia sino planteando la preocupación por la posibilidad de incurrir en falta de pago por los elevados costos de la energía mayorista”, indicó Ricardo Airasca, coordinador de la Comisión de Política Energética y Tarifaria de FACE.

La CALF brinda servicio a 88.765 usuarios de la ciudad de Neuquén y anunció la decisión de no pagar el aumento del 38 por ciento en el precio de la energía mayorista que Cammesa aplicará desde el mes que viene. “El vecino de Neuquén que en marzo de 2016 pagaba 300 pesos por un consumo normal en una vivienda de clase media baja, hoy intenta pagar 5.400 pesos, y sin este aumento que se viene ahora. Este incremento que pretenden aplicar no está justificado técnica, económica ni socialmente”, dijo Ciapponi.

La “desobediencia” de la CALF, de todos modos, no se replica masivamente entre las demás cooperativas porque, por lo general, el resto adquiere la energía a empresas provinciales o si le compran a Cammesa no tienen suficiente espalda política y económica. Además, muchas empresas ya vienen acumulando deudas con las distribuidoras y con Cammesa.

Las cooperativas lanzaron críticas a la política del Gobierno nacional de favorecer a las dos megadistribuidoras eléctricas del área metropolitana de Buenos Aires, Edenor y Edesur. “Nosotros sentimos que no somos mirados con la misma vara. Para Edenor y Edesur hay perdón para no pagar sus deudas por las dificultades del congelamiento tarifario. Pero para nosotros era igual de injusto y no nos perdonaron nada. Es más, nos cobran intereses desmesurados”, dijo Álvarez, titular de la FACE.

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Edenor y Edesur registraron incrementos de rentabilidad gracias a la ola de sucesivos tarifazos. Según cálculos de la Universidad de Avellaneda, en los primeros nueve meses de 2018 Edenor obtuvo una utilidad neta de 2101 millones de pesos, lo cual implica una mejora de 1.441 millones frente a los 660 millones del mismo período de 2017 (equivalente a un alza del 218 por ciento). La tasa de ganancia en relación al patrimonio neto se ubicó en el 88 por ciento. Edesur tuvo una pérdida de 818 millones en el primer semestre de 2017 que se convirtió en una ganancia de 605 millones en el mismo período de 2018.

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