La Argentina ocupó el último lugar del índice global de pensiones “Melborne Merce”. De acuerdo al indicador, el sistema jubilatorio argentino obtuvo un valor de 38,8 en el índice, muy por debajo del 77,1 obtenido por Australia (el mejor posicionado del mundo) o el 67,3 obtenido por Chile (el mejor posicionado de la región). Se encontraría también por debajo de los de Colombia, Brasil y México, de la región latinoamericana, y de países como India, China, Malasia e Indonesia. De acuerdo a la consultora internacional Mercer que elabora el índice, el mismo evalúa la adecuación, sustentabilidad e integridad de los sistemas de pensiones, a través de un largo número de indicadores.

Las recomendaciones globales en materia de pensiones propuestos por la consultora son extender la edad jubilatoria, fomentar el ahorro en el sistema privado de pensiones y “revisar el nivel de indexación de la pensión pública” para que “el valor real de la pensión se mantenga equilibrado por su sustenibilidad a largo plazo”. La visión global de la consultora sobre el sistema de pensiones globales se asemeja a la de organismos internacionales como el FMI, que recomendó esas líneas de política a la Argentina en sus últimos documentos técnicos. Sin embargo, Mercer recomienda también para Argentina “aumentar el valor de la pensión mínima”, que el gobierno de Mauricio Macri mantuvo en un 80 por ciento de una jubilación mínima (6900 pesos), tras cerrar el acceso a la jubilación a quienes no tuvieran los aportes completos.

Respecto a la baja ubicación de Argentina en el ranking de Mercer se debe a que el mismo está armado para países con sistemas de capitalización privada. Como en Argentina rige un sistema público de reparto desde que Cristina Fernández de Kirchner estatizó las AFJP, el índice es inadecuado para analizar el régimen de pensiones. Así, por ejemplo, recibe un puntaje de cero en preguntas como si hay incentivos impositivos que estimulen la capitalización privada, regulaciones de edad para el retiro de fondos en los planes de pensiones privadas, facilidades para pasarse de un fondo privado a otro, regulación sobre cómo se reparten esos fondos ante separaciones, entre otras. Es decir, califican con cero a una serie de preguntas específicas sobre sistemas privados de pensión a nuestro país, por el sólo hecho de no tener un sistema de esas características. Por esa razón, el promedio del índice da muy bajo a la Argentina, pese a que en otras cuestiones como la tasa de reemplazo, el porcentaje de propietarios de su hogar, la relación entre expectativa de vida y edad jubilatoria, recibe buenas calificaciones.

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De esa manera, la metodología del índice elaborado por Mercer, castiga con sus calificaciones los países que tienen sistemas públicos de seguridad social, en relación a los que utilizan sistemas privados de reparto. Así, bajo la aparente neutralidad técnica del indicador, se esconde el lobby de los fondos de pensión privada, muchos de los cuáles reportan como clientes de Mercer y su empresa controlante, Marsh & McLennan Companies.

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