El fallo en el caso de Lucía Pérez dejó en claro que se necesita pelear contra el disciplinamiento patriarcal, que no se puede dejar pasar un gesto tan ominoso. Mañana, en asamblea, se decide la fecha inminente.

No se trata de un rumor, se trata de una urgencia: hay que parar, no se puede dejar pasar el golpe que significa, en singular y en plural, el fallo ominoso sobre el femicidio de Lucía Pérez que se conoció justo cuando se marchaba por el día contra la violencia hacia las mujeres. No se trata de voluntarismo sino de tejidos políticos transversales que vienen haciendo trama desde años pero que explotaron con toda su potencia en torno a las manifestaciones Ni Una Menos y las gigantescas acampadas en torno al Palacio Legislativo para exigir el aborto legal, seguro y gratuito. Hay que parar, hay que hacer un nuevo paro de mujeres, lesbianas, travestis y trans; es una certeza que se vibra en organizaciones políticas, sociales, estudiantiles y sindicales. Una certeza que también aportan quienes no pertenecen a ninguna organización pero se sienten convocadas y forman parte del inmenso movimiento feminista que como ninguna otra fuerza política ha sido capaz de movilizar a millones.

Esto ya fue dicho en asamblea a cielo abierto, el martes frente al Palacio de Tribunales en CABA y replicado en muchas otras asambleas a lo largo y ancho del país que acuerdan en que no puede pasar de largo el disciplinamiento que significa la sentencia por el femicidio del Lucía y que hay que volver a parar, volver, a la vez, a tomar la calle. Mañana, lunes 3, habrá asamblea abierta en el local de CTEP constitución para organizarlo y la fecha es para la misma semana que comienza con ese hecho político. Y también hay asambleas en La Plata, en Córdoba, en Chaco, en Neuquén, en Baradero, en Mar del Plata, en Roma, en Barcelona, en Madrid y en Nueva York. Porque las tramas son internacionalistas y porque lo que se puso en marcha con el paro como herramienta de lucha feminista en articulación con las luchas sindicales, no se detiene.

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El martes, al día siguiente de la marcha por el día internacional contra la violencia hacia las mujeres una asamblea multitudinaria se organizó en pocas horas, llamada desde las redes sociales. El fallo sobre el femicidio de Lucía se había conocido el día anterior. ¿Cómo podía ser posible que ni siquiera se reconociera el femicidio, tampoco el abuso y la violación de una niña que estaba con dos hombres adultos –uno de 42 y otro de 25–, que le ofrecieron cocaína y se la cobraron con sexo? Según el relato de los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, titulares del Tribunal Oral de Mar del Plata, ella murió por intoxicación, murió por drogadicta, nada de la relación de poder que claramente está expuesta en la escena fue tomado en cuenta. Ni siquiera que uno de los acusados haya dicho en el curso de las audiencias, que estaba teniendo sexo de manera “violenta” con ella sirvió para pensar en la situación de desventaja en la que estaba la adolescente. Simplemente dejó de respirar mientras estaba teniendo sexo, por su culpa, por su culpa, por su gran culpa de ser drogadicta y de coger con quien quería, según suponen en el fallo después de leer sus chats y darlos por verdad revelada (ver la nota de la edición de ayer: Los fallidos de un fallo no ejemplar).

“Sigue siendo sumamente necesario visibilizar el desprecio con que se trata la muerte de una mujer por ser mujer, tanto sea a nivel institucional (poder Judicial) como mediático. Nos sumamos a la movilización porque como mujeres trabajadoras y sindicalistas entendemos que la unidad en la calle es clave para hacernos oír de manera contundente”, dice Vanesa Siley, secretaria general de Sitraju y de la Federación de sindicatos de trabajadores judiciales de la República Argentina, enmarcada en la Corriente Federal dentro de la CGT.

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Este rumor, este deseo de paro, es la discusión central por estos días en la articulación de la Intersindical de Mujeres que reúne a las tres centrales obreras y a la central de la economía popular (ctep).

Por parte de la CTA de los Trabajadores y las Trabajadoras, su secretaria de género Estela Díaz asumió la responsabilidad de movilizar el paro y de tomar las calles: “Este paro nos agarra con una situación muy difícil porque todos los días hay pérdidas de puestos de trabajo, disciplinamientos, ataques a la organización sindical. Pero tenemos que encontrarnos con todas las mujeres como hicimos el 19 de octubre de 2016. Es una idea correcta que tiene que terminar con la impunidad”.

Mafalda Sánchez, del movimiento La Dignidad, integrante de la CTEP, quien estuvo en la asamblea del martes convocada por el colectivo Ni Una Menos, no podía ni quería disimular su dolor ese día y la convicción de que es necesaria una respuesta a la altura de las circunstancias disciplinadoras que pretende ese tribunal oral de Mar del Plata. “Cuando escuché el fallo sentí lo mismo que cuando nos enteramos del femicidio de Lucía, lo sentí en el cuerpo, es un nudo en el pecho. Los mensajes son bien directos a quienes queremos cambiar las cosas desde la estructura, a quienes disputamos contra esa forma de poder. Por eso este fallo es previo al G-20, como lo son los asesinatos por las fuerzas represivas los compañeros Marcos Soria y Rafael Orellana a la Ctep, como lo es cerrar la causa de Santiago Maldonado y salir a decir que la verdad venció al relato. Nada de esto es casual”.

En sintonía con la dirigente de la CTEP, María Pia López, socióloga e integrante del Colectivo Ni Una Menos, liga los fallos del femicidio de Lucía Pérez y de Santiago Maldonado: “Buscan disciplinar a los movimientos feminista y de derechos humanos que sostienen los pactos fundantes de esta sociedad. Nos quieren derrotadas y sobre la derrota del 8 de agosto, cuando el Senado en pacto patriarcal desestima la enorme movilización popular que acompañaba el debate, se imprime este fallo que no podría haber sido sin ese 8 de agosto. Porque nos tienen miedo, porque saben de nuestra potencia, el fallo pretende disciplinar al movimiento”.

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Desde la CTA Autónoma, dice Silvia León que “en esos días en torno al 19 de octubre de 2016, desde ATE y desde la CTA Autónoma nos pusimos en contacto con las compañeras de Ni Una Menos para ser parte activa del paro que construimos juntas usando la herramienta de la clase trabajadora para la causa feminista, pensando que no sólo somos trabajadoras asalariadas si no llamando a las que trabajan en las casas, las que estudian, las que están en la economía popular a parar y reflexionar. Ahora es el momento en que tenemos que llamar al paro otra vez, a una jornada de lucha que construyamos entre todas. Ahora tenemos que volver a tomar la calle por el fallo que lastima a la familia pero que es expresión de una justicia patriarcal que le da una cachetada a toda esa movilización”

Claudia Ormachea, secretaria de género y de derechos humanos del sindicato La Bancaria, también se suma al llamado al paro, aun advirtiendo, como todas las sindicalistas, de las dificultades de la coyuntura, las discusiones paritarias que se están dando ahora mismo: “Nosotras no naturalizamos la violencia machista, y si las compañeras de Ni Una Menos y el movimiento feminista están llamando al paro, ahí estaremos, con la modalidad de que sea, pero con cese de tareas y visibilización de nuestra lucha, de la aberración de ese fallo que culpabiliza a una nena, porque era una nena, para acompañar a la familia pero también por todas nosotras”.

La cita para organizar el paro está servida y la fecha será en la semana que comienza mañana.

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