Nació a las 23 semanas de gestación, con 245 gramos y 23 centímetros de altura
«Fue el día más aterrador de mi vida. Me sentía mal, pensé que era parte del embarazo«, explicó la mujer, quien pidió mantener en el anonimato a su familia.
Durante el embarazo, la madre sufrió preeclampsia, una complicación severa que se caracteriza por una presión arterial elevada. «Superaba los 200. Me dijeron que tenía que dar a luz rápido. Les repetía ‘no va a sobrevivir'», recordó.
Por este motivo, a las 23 semanas de gestación, decidieron realizarse una cesárea de urgencia. «Le dijeron a mi esposo que tendría una hora con ella y que luego moriría. Pero esa hora se convirtió en dos, y esas dos en un día, y luego en una semana», relata en un video divulgado por el hospital.
Según el testimonio de una enfermera, “apenas podías verla en su cuna”: «Era increíble, tenía la mitad del tamaño de un bebé normal de 23 semanas”.
Al nacer, Saybie pesaba tan solo 245 gramos, el peso de una manzana grande, y medía 23 centímetros. Luego de cinco meses de cuidados intensivos, le dieron el alta con 2,26 kg y 40 cm. Durante su internación, las enfermeras colocaron en su cuna un cartel que decía «diminuta pero poderosa».
De esta manera, la poderosa Saybie rompió el récord del bebé más pequeño hasta ese momento, quien había nacido en Alemania y pesó 7 gramos más que la estadounidense.