Los hijos de Bartolomé Mitre, encabezados por Esmeralda, pidieron una larga serie de allanamientos y declaraciones en el marco de la denuncia contra un insólito marqués o conde, residente en Panamá y con domicilio en el Principado de Mónaco, al que acusan de haberse quedado con el 20 por ciento del diario La Nación y el canal La Nación+. Ese 20 por ciento les corresponde por ser los legítimos herederos de Mitre. En paralelo, Esmeralda y sus hermanos sostienen que la familia Saguier, que actualmente maneja esos medios, está también involucrada en la oscura y compleja maniobra de despojo. Todo parte de una sociedad KMB, con sede en Nueva York, propietaria de las acciones que siempre fueron de Bartolomé y de su hermana. El marqués dice que Bartolomé, antes de morir, las transfirió a dos fideicomisos, creados por otra sociedad, con sede en las Islas Vírgenes. La operación, sin papeles certificados y por montos desconocidos, se habría hecho a través de transferencias cursadas en el Peñón de Gibraltar, incluido por la Unión Europea en la lista de países de alto riesgo “por lavado de dinero y financiación del terrorismo”. Con esa ingeniería -dice Esmeralda- les quitaron su parte en el grupo de medios. 

La denuncia de Esmeralda

Como se sabe, Esmeralda Mitre, asistida por los abogados Daniel Llermanos y Gabriel Len, viene denunciando que los hijos del histórico director de La Nación, Bartolomé Mitre, y una hermana de Bartolomé, fueron despojados de las acciones del grupo de medios. Los herederos apuntan a quien fuera apoderado de Bartolomé, Mariano Gagliardo (padre) y a su hijo, Mariano Gagliardo (hijo), quienes se entrelazaron con el asombroso marqués Federico Spinola, que aparece como dueño de más del 20 por ciento de La Nación, prácticamente sin haber estado en la Argentina, sin haber pisado jamás las instalaciones del diario y, por supuesto, sin haber participado nunca de una asamblea de accionistas.

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Nueva York-Islas Vírgenes-Gibraltar

Todo es oscuro. Las acciones de La Nación eran propiedad de una sociedad domiciliada en Nueva York, KMB, las siglas de Kinucha, hermana de Bartolomé, la M de Mitre y la B del fallecido director. Sin que existan papeles verificables -dice Esmeralda-, las acciones de KMB pasaron a dos fideicomisos, BLM I y BLM 2, ambos de Nueva York, respondiendo las siglas a Bartolomé Luis Mitre. Los dos fideicomisos fueron constituidos por una sociedad off shore constituida en Islas Vírgenes. Esmeralda, en representación de sus hermanos, dice que no hay registro alguno de pagos, montos, transferencias.

Batalla en Buenos Aires

La Inspección General de Justicia (IGJ), que encabeza Ricardo Nissen, cuestionó la validez de todas esas maniobras y traspasos, por lo tanto quedó cuestionado más del 20 por ciento de las acciones que los abogados del marqués-conde trataron de hacer valer en Buenos Aires. Se presentaron como apoderados de KMB S.A., cuyo domicilio es desconocido. Los abogados de Esmeralda, Llermanos y Len, sugieren que funciona en el estudio de los Gagliardo, o sea los apoderados de Bartolomé. En ese mismo lugar, el programa de C5N, Argenzuela, sorprendió también a uno de los Saguier. Lo que dice Esmeralda es que está claro una especie de complot para quedarse con las acciones de los legítimos herederos de Bartolomé: en el mismo domicilio coinciden, el marqués, los Saguier, los exapoderados del fallecido Bartolomé.

Pero no fue solo la IGJ la que cuestionó los manejos. La Sala D de la Cámara Comercial hasta mencionó que hay sospechas de lavado de dinero. Por lo tanto, indicaron que la Unidad de Información Financiera (UIF) debe intervenir en el caso “y realice las diligencias e investigaciones pertinentes”. Hasta ahora, la UIF viene mirando las cosas de afuera.

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Los pedidos de Esmeralda

La hija de Bartolomé y sus abogados fueron esta semana a Comodoro Py le pidieron al juez Julián Ercolini y al fiscal Ramiro González que pongan en marcha las medidas para esclarecer lo que ellos consideran una defraudación. Por de pronto, pidieron el allanamiento de la sociedad KMB S.A, o sea la cara de las sociedades y fideicomisos que se armaron en Nueva York y que el marqués Federico Spinola dice que son suyas. La sede de KMB se desconoce, pero en el escrito se plantea la sospecha de que funciona justito en el domicilio de los Gagliardo, exapoderados del fallecido Bartolomé Mitre.

También se le pide al juzgado que le ordene a La Nación que entregue documentación, entre otras cosas de los dividendos, remuneraciones, honorarios que recibió KMB S.A.. Es que Esmeralda y sus hermanos sostienen que ese dinero les corresponde.

Y, finalmente, se le reclama a Ercolini que se realice un perfil fiscal del marqués, su situación en la AFIP y se analice toda la conducta de Spinola, cuyo domicilio es 4 Avenue des Gulefes, 98000, Principado de Mónaco. También hubo un pedido para que se lo investigue en Panamá y consigan los registros de Migraciones para informar sus ingresos y salidas del país desde 2020, cuando murió Bartolomé.

Batalla en Zepita

Además del 20 por ciento de KMB, los hijos de Bartolomé son dueños de un pequeño porcentaje de las acciones del grupo de medios. Por esa razón, Esmeralda ingresó a la asamblea del reciente 23 de agosto que se realizó en la sede de La Nación, en la calle Zepita 3251. El 20 por ciento no se lo reconocieron, porque convalidaron la propiedad de las acciones del marqués o conde.

El encuentro con los directivos de La Nación fue durísimo. Julio Saguier increpó a la actriz por la batalla pública que está dando, argumentó que perjudica al medio, y Esmeralda no se inmutó: “Sos un delincuente, me ch.. un huevo”.

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La mayoría, dominada por los Saguier, nombró directores de la sociedad, pese a que Llermanos les hizo saber que las acciones de KMB están inhabilitadas por la IGJ, por lo que resultaban inválidas las designaciones de los abogados del marqués en puestos directivos. Para colmo, delante de Esmeralda, exhibieron cuentas que ella consideró disparatadas e injustificadas: por ejemplo, sacaron 3.900.000 dólares para derivar semejante cantidad de fondos a la Fundación La Nación. También pagos descabellados -10 millones de pesos mensuales- a los propios Saguier, sin proporción alguna con lo que se pagó a otros directores.

Pese a esas cifras, aprobaron el balance, también imponiendo la mayoría.

Alerta en Casación

La justicia no sólo absolvió al marqués, los apoderados y abogados que intervinieron en la maniobra que Esmeralda y sus hermanas denunciaron como defraudación. También le denegaron el recurso ante la Cámara de Casación Nacional. Los herederos tuvieron que presentarse en queja ante la Casación.

Este martes, los jueces Pablo Jantus y Gustavo Bruzzone decidieron aceptar el recurso y determinaron que la Casación revisará el fallo que blanqueó a los que manejan La Nación. Los magistrados dedicaron 12 páginas a hacer un análisis del expediente y detallaron, por ejemplo, que en la supuesta venta de acciones de Bartolomé Mitre aparece su firma, sin certificación y distinta de la habitual, “con documentos sin fecha cierta y con entidades fantasmas del exterior”.

El escándalo parece abarcar todo. Sociedades que nadie sabe de quién son, apoderados que se cambian de bando, operaciones millonarias sin comprobantes y muchas, muchísimas, guaridas fiscales, escenarios de lo que Esmeralda y sus hermanos describen como un despojo.

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