Paso 4: mejorar la calidad de las tierras usadas por los humanos

Por último, debemos lograr que las tierras productivas que rodean los fragmentos de bosque sean lo más respetuosas con el medio ambiente posible. Para ello, entre otras medidas, recomendamos:

Reducir la extensión de tierras dañinas para la biodiversidad, como latifundios desprovistos de árboles para ganadería y monocultivos.

Estimular prácticas agropecuarias adaptadas a las condiciones ambientales (suelo, agua, clima y biota) de cada región para reducir insumos, como el agua y los agroquímicos.

Promover la producción de alimentos por medio de sistemas agroforestales que combinan árboles nativos, cultivos y/o animales domésticos en la misma tierra.

Delimitar las tierras productivas con bardas vivas, como setos o similares.

Evitar la expansión de carreteras, represas hidroeléctricas y minería, especialmente en las proximidades de áreas naturales.

Promover actividades económicas que valoricen los bosques conservados, como el ecoturismo o el comercio sostenible de productos forestales.

 

Beneficios para los humanos

Los bosques no solo son el hogar de millones de indígenas. También proveen un sinfín de bienes y servicios.

Los bosques y otros elementos arbolados proveen madera, leña, forraje para ganado, plantas comestibles, carne, cultivos comerciales, y plantas medicinales para las comunidades locales. También juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio del planeta, regulando los ciclos del agua y de muchos elementos básicos para la vida (carbono, nitrógeno, oxígeno, etc.).

Las grandes masas árboreas actúan como enormes sumideros de carbono y previenen, por tanto, el calentamiento global. Los fragmentos de bosque también refrescan el ambiente local y ayudan a regular la cantidad y calidad del agua. Al amortiguar las lluvias, evitan la erosión y la pérdida de nutrientes del suelo, contribuyendo así a la sostenibilidad de la agricultura.

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Otros servicios no menos importantes incluyen la regeneración de áreas degradadas, la polinización de los cultivos y el control biológico de plagas y de pandemias como la de COVID-19.

Construyendo entre todos el paisaje ideal

Hoy pocos dudan de la actual crisis ambiental, pero sí de que tenga solución. La ciencia ha revelado que sí existen soluciones, aunque su implementación va a requerir del esfuerzo de todos y todas.

Desde la política, deben promoverse medidas que detengan la deforestación a gran escala y promuevan la restauración, como la creación de reservas y corredores biológicos y el pago por servicios ambientales. Los incentivos a cultivos amigables con la biodiversidad también son muy valiosos, como lo pueden ser los impuestos sobre aquellos productos ambientalmente más costosos (como la carne).

La sociedad también puede apoyar la causa. Cualquier esfuerzo, por pequeño que sea, puede sumarse y lograr un gran impacto positivo.

Una forma simple e inmediata de proteger los bosques es cambiar nuestra dieta, especialmente a una basada en plantas, algo sano para nosotros y para el planeta.

Podemos hacer donaciones a causas como la compra de tierras para conservación y restauración.

Podemos ser consumidores más conscientes, priorizando la compra de productos locales, especialmente orgánicos, y evitando la compra de productos que impliquen la conversión de bosques.

Debemos reducir nuestro consumo. Aunque no lo notemos, la energía, el transporte, los alimentos y bebidas, la vivienda, incluidos los muebles y electrodomésticos de nuestras casas, demandan directa o indirectamente muchos recursos forestales.

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