Ejemplar acción de Gerardo Rojas, suboficial del Cuartel de Quilmes, para salvar a una mujer mayor con movilidad reducida, que había quedado atrapada en su vivienda envuelta en llamas.

La heroica acción de un bombero quilmeño que, fuera de servicio y sin sus elementos de rescate, decidió ingresar en una vivienda en llamas y salvar la vida de una jubilada postrada, sumó un nuevo peldaño en la escala de arriesgadas actuaciones de estos servidores que suelen poner su vocación por encima de la propia supervivencia.

«No sabía cómo iba a salir de ahí, pero nunca dudé en entrar. Después de sacar a la mujer, volví a mi camioneta, miré a mi hijo y me puse a llorar», relató, emocionado, Gerardo Rojas, suboficial del Cuartel de Bomberos de Quilmes, quien en octubre cumple 30 años como servidor público.

El miércoles pasado, trascendió la noticia del incendio que consumió una vivienda de la calle Alison Bell al 4000. Una semana después salió a la luz la destacada labor de Gerardo en ese hecho. El bombero brindó detalles del momento en el que tuvo que poner en práctica todas sus habilidades y conocimientos para salvar la vida la víctima, una jubilada con movilidad reducida.

«Volvía de retirar a mi hijo de la escuela y escuché por mi handy que se estaba incendiando una casa a 10 cuadras de donde yo estaba. Fui directo y llegué antes que la primera dotación, que ya estaba en camino. En la puerta había unos policías que me dijeron que adentro había una mujer atrapada», relató.

Asimismo, el rescatista contó que, por la carga del fuego, «no se veía nada y había mucha temperatura». «Hice cuatro o cinco metros y tuve que retroceder por el humo. Pedí una linterna y volví a entrar. Fui hasta una de las habitaciones y no había nadie. Después, encontré una puerta semiabierta, la empujé y observé a la mujer tirada en el suelo, entre una heladera y la cocina», señaló.

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«Me acerqué -agregó Gerardo- y la toqué. La mujer gritó y ahí supe que estaba viva. La alcé y rápidamente la llevé hasta la puerta. Por suerte ya estaba la ambulancia y se la llevaron. No llegué ni a verle la cara, después me enteré que la llevaron al Hospital Iriarte y que ahora sigue internada por PAMI en la Clínica Calchaquí, donde se recupera por quemaduras en las vías respiratorias», explicó.

Respecto de sus sensaciones tras el rescate, el suboficial del Cuartel de Quilmes indicó: «Después de sofocar las llamas, entré y miré cómo había quedado la casa. Lo pensé en frío y todavía no sé como pude salir de ahí sin mi uniforme», confesó y, luego, se refirió al momento más emotivo de toda la experiencia. «Había dejado a mi hijo en la camioneta y le ordené que no se moviera de ahí. Luego de sacar a la mujer, regresé para ver cómo estaba. Si no salía del incendio, mi hijo se hubiera quedado solo. Lo miré a la cara y se me cayeron unas lágrimas».

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