El Presidente aseguró que el dólar “sube lo mismo en todas partes” y restó toda responsabilidad del Gobierno por la crisis cambiaria.

Mientras el peso se derrumbaba frente al dólar y la cotización de la divisa establecía nuevos records una hora tras otra, Mauricio Macri le restó toda importancia al tema y consideró que las políticas económicas de su gobierno son totalmente ajenas a este fenómeno. Las razones, a su criterio, debían buscarse en el exterior. “Es muy importante que entendamos que nadie la tiene fácil en el mundo. Hoy el dólar sube lo mismo en Brasil, en Turquía, en todas partes. Hay cosas que tienen que ver con el mundo, hoy nosotros tenemos una política monetaria seria, vamos a tener un superávit comercial de 10 mil millones de dólares, el turismo receptivo no para de crecer todos los días. Han pasado cosas que nos dan mayor solidez, lo que no significa que si el mundo se devalúa frente al dólar, nosotros no devaluemos”, indicó el presidente de la Nación, durante una entrevista con una radio de Córdoba, adonde viajó para participar del Congreso de la Lengua. “Nunca hay tanta oscuridad como en el segundo antes de amanecer”, reflexionó, y luego lanzó una sugerencia para afrontar la crisis: “La gente tiene que aguantar, tenemos que tirar juntos de este carro”.

En su comentario, al aludir a la suba del dólar en los países emergentes en el día de ayer -en la región se verificó en Brasil, Chile y México, entre otros-, no tomó en cuenta que el derrumbe argentino es generalizado, viene reproduciéndose en ocho jornadas consecutivas y alcanza una dimensión que supera varias veces la de sus países vecinos. Caen las acciones en el mercado local, los ADR de empresas argentinas en Nueva York, los bonos de la deuda, mientras el Banco Central sube las tasas a niveles insostenibles para la economía real (hoy la ubicó en 67,75 por ciento anual) sin poder ni siquiera así contener la suba de la divisa.

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Por otra parte, los buenos resultados que el gobierno espera obtener en comercio exterior y en turismo no llegarían a compensar la corriente de  salida de divisas por fuga de capitales, que en estas horas parece estar acelerándose con la dolarización de carteras de los principales fondos que operan financieramente en la plaza argentina. Precisamente, esta fuga de divisas es la que determina el grave déficit en la balanza de pagos que, año a año desde 2016, fue compensado con un aumento del endeudamiento externo.

Macri, en la entrevista que brindó a Cadena 3, y luego en un dialogo con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, tuvo otras definiciones económicas. “Hoy estamos saliendo del golpe del año pasado, el campo nos está dando un empujón con la cosecha”, señaló, sin referirse a la retención de liquidaciones de los exportadores frente a la perspectiva de un dólar que sigue subiendo sin techo. Este comportamiento está provocando una retracción de la oferta de dólares que empuja aún más la suba de la cotización.

“Una pyme no puede crecer con una tasa del 70 por ciento”, admitió luego. No obstante lo cual, sin ofrecer una solución al problema que la misma política monetaria oficial está generando, se reafirmó en su posición diciendo: “Creo que los argentinos no vamos a volver atrás”. “Nunca hay más oscuridad que en el segundo antes de amanecer”, agregó el mandatario en su intento de agregar optimismo a la crítica situación económica con una salida pretendidamente literaria y poética.

Insistió en que “70 años no se corrigen en tres y hoy estamos mejor que en 2015”. Reiteró que el Central dejó de imprimir dinero, que las estadísticas son “reales” y no como en el pasado. “Volver atrás sería una catástrofe para la Argentina; estoy convencido de lo que estoy haciendo, estoy dejando la vida en esto. Tenemos que aguantar, seguir tirando del carro”. Al hacer mención a los sacrificios, evitó comentar las cifras de pobreza (aunque las cifras oficiales se conocerán hoy, el anticipo de la UCA es un buen adelanto de la tendencia) y la concentración de ingresos que está produciendo esta política en favor de los sectores especulativos, a la par del deterioro de la actividad productiva industrial. El carro no es el mismo para todos.

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Dijo, además, que hay que confirmarle al mundo que “no vamos a volver atrás; no existe futuro en el populismo. Nosotros estamos construyendo futuro”. Un mundo que cada vez mira con creciente expectativa que el modelo neoliberal sea expresado por otras expresiones, quizás ajenas al actual gobierno, sobre cuya capacidad de ejecución abre un gran interrogante.

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