“Unidos, y la opción que gane será la correcta”. Fue el último escueto y enigmático mensaje público de Rodrigo de Loredo. Ocurrió el jueves pasado, a las 19.04, en la red social Twitter. Tuvo 138 mil visualizaciones. No hay precisión, pero no sería descabellado decir que tuvo casi la misma cantidad de interpretaciones políticas que vistas.
El inescrutable diputado nacional del radicalismo está en una posición que parece disfrutar. Por distintos motivos, su compañero de ruta Luis Juez, el radicalismo, el PRO y hasta el PJ provincial están pendientes de saber dónde jugará.
De Loredo mantiene su precandidatura a gobernador, pero hasta sus dirigentes más cercanos admiten que esa posibilidad es cada vez más chica. No hay ningún sondeo que lo favorezca contra Juez, más allá de que el diputado de Evolución Radical dice que está más cerca del senador nacional de lo que “muchos creen”.
La pulseada con Juez se dirimirá por una encuesta. Es una incógnita quién la hará y cómo. Es lo que ambos precandidatos tienen que acordar. Todo indica que la discusión será tan engorrosa como lo fue el debate por la ya descartada interna.
Además de la aspiración provincial, los otros caminos que tiene De Loredo son: compañero de fórmula de Juez, hoy el menos probable, para entusiasmo del PJ; candidato a intendente de Córdoba; no jugar en estos comicios cordobeses, o ser compañero de Patricia Bullrich para integrar el binomio presidencial.
Un mes atrás, el propio De Loredo tranquilizó a su tropa ante el rumor que motorizó el peronismo de que no sería candidato. “No hay chances de que esto ocurra. No haría el esfuerzo que estoy haciendo, para nada”, remarcó.
Sobre el salto al escenario nacional con Bullrich, el diputado comentó en privado que dos meses atrás rechazó el ofrecimiento.
La interna nacional del PRO también separa a De Loredo de Juez. El diputado se muestra cerca de Bullrich, o más precisamente de Mauricio Macri, mientras que el senador avala a Horacio Rodríguez Larreta, quien exhibe un marcado distanciamiento con el expresidente.
A Juez nadie le saca de la cabeza que Macri siempre estuvo detrás de la decisión de De Loredo de disputarle la candidatura opositora a gobernador, cuando la lógica (y las encuestas) marcaba que el diputado debía ir por la Capital.
En los últimos días, luego de la reunión a solas que mantuvo con Juez el miércoles de la semana pasada en la oficina del senador, comenzó a crecer la posibilidad de que De Loredo apunte a ser candidato a intendente capitalino.
La primera lectura, cargada de sentido común, del mensaje de Twitter de De Loredo que habla de “unidad” y “ganar” es que para disputarle el poder al peronismo, Juntos por el Cambio debe tener un candidato fuerte en la Capital.
De Loredo es el único que puede garantizarlo, algo que ni siquiera Juez puede. Nadie tiene certezas de que el diputado abandone el proyecto provincial para jugar en la Capital. Por ahora es una de las posibilidades que maneja; en crecimiento, según los propios deloredistas.
El tiempo se acorta. En aquella reunión en el Senado, dicen que Juez fue terminante con los plazos: en la segunda quincena de marzo tienen que estar las candidaturas opositoras confirmadas. “Hay que tener paciencia”, habría sido la respuesta de De Loredo.
La espera del PJ
El oficialismo ya tiene decididos sus dos principales candidatos: oficializado Martín Llaryora como aspirante a suceder al gobernador Juan Schiaretti, y la confirmación en cuotas de que Daniel Passerini será el postulante a intendente capitalino.
Ante la consulta, los peronistas tratan de mostrar despreocupación por lo que haga la oposición. No es así. La fecha de la elección municipal en la Capital depende del candidato a intendente que ponga la oposición.
Por eso, desde el Centro Cívico y en el Palacio 6 de Julio siguen con atención los movimientos de De Loredo.
Al respecto, surgen algunas diferencias en el oficialismo. Llaryora considera que ambas elecciones deben coincidir en un mismo domingo. Confía en su alta imagen en la Ciudad para impulsar hacia arriba a Passerini, aun con De Loredo como rival.
Schiaretti tiene otra idea, sobre la base de encuestas. Si De Loredo compite en la Capital, la elección municipal se debería hacer un mes después que la provincial. El plan sería aislar a Juez en la pulseada provincial y después impulsar a Passerini, ya con Llaryora como gobernador electo, según la visión schiarettista.
Llaryora tiene dos argumentos para objetar este plan, además del mencionado de que él hará crecer a Passerini en una elección conjunta: postergar la elección en la Capital sería darles argumentos sólidos a quienes sostienen que el PJ está dispuesto a “entregar” la ciudad.
La otra cuestión es que el candidato a gobernador viene recorriendo el interior pidiéndoles a los intendentes peronistas que peguen los comicios municipales con los provinciales y él despegaría los de la Capital. Sería una contradicción, que Llaryora intentará evitar.
Como ya se dijo, el optimismo del intendente capitalino es a prueba de encuestas: está convencido de que su coalición gana la provincia y la Capital, contra cualquier rival.
Mientras tanto, De Loredo alimenta la ansiedad de todos, en un escenario electoral cordobés al que aún le faltan muchas definiciones trascendentes.
