La Justicia de Reconquista impuso que el cura Néstor Monzón cumpla en prisión la condena por abuso sexual contra una niña y un niño

Dos días después de la condena a 16 años de prisión para el sacerdote Néstor Fabián Monzón, por abuso sexual gravemente ultrajante contra un niño y una niña de 3 años, la Justicia de Reconquista ordenó la detención del acusado. La jueza Norma Senn presidió la audiencia en la que se hizo lugar al pedido de querella y Fiscalía de que Monzón espere la confirmación del fallo de primera instancia en prisión preventiva efectiva. La resolución trajo alivio. Es que durante casi toda la investigación y el juicio, el presbítero estuvo en libertad. La parte acusadora entendió que esa condición generaba un riesgo de fuga frente al elevado monto de la pena por la que se espera firmeza.

El sacerdote -que es el primer religioso de la provincia en integrar el registro nacional de violadores-, fue a juicio luego de la denuncia de la madre de una de las víctimas, a fines de 2015; meses después se sumó la denuncia del padre del primito de la pequeña, de la misma edad. Así, el fiscal Alejandro Rodríguez le imputó al acusado los hechos cometidos entre el jueves 26 y el viernes 27 de noviembre de 2015 en una casa perteneciente a la diócesis de Reconquista -en la que residía Monzón-, ubicada dentro del predio de la parroquia María Madre de Dios. El delito achacado es abuso sexual gravemente ultrajante.

Con esa acusación, el sacerdote estuvo preso alrededor de 60 días, al inicio de la investigación, pero rápidamente logró que le asignen prisión domiciliaria y tras ello, la libertad. En esas condiciones llegó a juicio el 5 de diciembre pasado. La contundencia de las pruebas llevó al tribunal conformado por Claudia Bressan, Santiago Banegas y Martín Gauna Chapero a resolver por unanimidad la condena a 16 años de prisión, tal como solicitaron las querellas de cada una de las familias. La Fiscalía había pedido 12 años de cárcel.

Mirá También:  El peronismo obtuvo un aplastante triunfo en Misiones

La conmoción que generó el caso, entre 2015 y 2016, se tradujo en un enorme acompañamiento a los familiares durante los días de juicio. El miércoles pasado, cuando se leyó la sentencia, organizaciones feministas, de derechos humanos y sociales celebraron. A lo largo del proceso habían asegurado: «Les niñes no mienten».

Tras el derrotero, la sentencia condenatoria planteó que se fijara una nueva audiencia para tratar la prisión preventiva del acusado, ya que el fallo es de primera instancia y aún no adquirió firmeza. Con esa orden, ayer se citó a una nueva audiencia en la que Fiscalía y querellantes plantearon la peligrosidad procesal de que permaneciera en libertad. «Desde la querella planteamos que Monzón tiene vínculos nacionales e internacionales por ser sacerdote», dijo la abogada Luciana González. También habló de la actividad que el acusado tiene en redes sociales. Las partes recordaron que en el Obispado ya hay una resolución sobre el expediente canónico y que el sacerdote no fue a notificarse. La defensa, en tanto, solicitó una prisión domiciliaria por cuestiones de salud. Sin embargo, luego de algunas horas de espera, pasado el mediodía la jueza Senn dictó la prisión preventiva.

En tanto, periodistas reprocharon la decisión de la magistrada de no permitir el ingreso de público a la audiencia. Sobre el final, organizaciones que acompañaron a las víctimas lamentaron que «familiares del cura agredieron al periodista» Leo Rolón. Una situación similar ocurrió el miércoles, cuando se escuchó la condena.

Andrea, la madre de una de las víctimas, se desahogó: «Se hizo justicia. Hablamos por nuestros hijos y ya está preso, que es lo único que nos faltaba. No tengo más que palabras de agradecimiento para quienes nos acompañaron; y como digo siempre, créanle a los niños, que no mienten».

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *