El mejor amigo de Salvador Altamura, el abogado de Quilmes que desapareció en julio de 2020 y fue asesinado, fue condenado hoy a prisión perpetua como autor de un crimen que se dio por probado pese a que nunca apareció su cadáver.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes condenó a Rubén Darío Dening, de 55 años, a la pena máxima del Código Penal, por mayoría, como autor de un «homicidio agravado criminis causa» «es decir, para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, y de manera unánime por el «robo agravado» ocurrido también en la casa de la víctima.

Dening pidió no estar presente en la sala durante la lectura del veredicto. Lo siguió desde la cárcel en la que se encuentra alojado desde hace 3 años. Cuando lo arrestaron estaba vestido con una campera de Altamura y con más de $300.000 y US$31.000, mientras intentaba escaparse en bicicleta a la provincia de Entre Ríos.

En la última audiencia, brindó sus palabras finales y remarcó, nuevamente, que es “inocente de todos los cargos” que se le imputan. Tras esto, se retiró de la sala custodiado por agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense mientras era insultado por familiares de la víctima, quienes le gritaban “asesino”, “amigo traidor” y “decí dónde tiraste a Salvador”.

También durante la audiencia final tuvo lugar la réplica del fiscal de juicio Andrés Nieva Woodgate a los alegatos esgrimidos por la defensa de Dening, compuesta por los abogados Matías Aquino y Nicolás Agustín Payarola Hernayes.

Rubén Darío Dening fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de su amigo.

Rubén Darío Dening fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de su amigo.

En esa presentación, Nieva Woodgate consideró “fehacientemente acreditado” que el imputado mató a Altamura, a la vez que el representante del Ministerio Público agregó que el crimen ocurrió luego de que la víctima fuera emboscada por dos o más personas después de que los asesinos cortaran la luz de la cuadra en la que desapareció.

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Previamente, tanto el fiscal de juicio como los abogados querellantes Braian Vidal y Ana María Pecone habían solicitado al TOC 3 que sea condenado a prisión perpetua, donde las partes acusadoras coincidieron en que el acusado lo mató con el objetivo de robarle dinero y que lo hizo “de manera tan efectiva que logró la desaparición de su cuerpo”.

Por su parte, los defensores señalaron que “los hechos no están probados” y que se “construyó” una imputación falsa, por lo que pidieron su absolución y su inmediata excarcelación.

El juicio por el crimen de Salvador comenzó el pasado 17 de octubre, donde en la primera audiencia, el padre de la víctima reconoció ante el tribunal a Dening como la persona que en las cámaras se seguridad quedó registrada cuando conducía la moto de la víctima, luego descartada en las adyacencias de la Villa Itatí de Bernal.

Dicha filmación se le fue exhibida a varios de los testigos del juicio y al menos siete de ellos dijeron creer que era Dening quien estaba a bordo del rodado.

También durante el debate, el imputado aceptó declarar y trató de vincular el caso de Altamura con el comisario mayor Francisco Centurión, detenido por la desaparición de otro joven llamado Lucas Escalante, quien es buscado desde el 9 de diciembre pasado.

Además, Dening señaló que Altamura tenía “deudas” y que en los últimos días su amigo “estaba con miedo y se quería ir”.

Consultado sobre por qué se fugó cuando lo imputaron, el acusado sostuvo que tenía miedo y que, en realidad, la plata que le secuestraron cuando finalmente lo capturaron eran “ahorros propios”.

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La víctima fue vista por última vez el 13 de julio de 2020, a las 17.08, en las inmediaciones o en el galpón situado en la calle Rodríguez Peña 1210 de la localidad de Bernal, partido de Quilmes, junto al acusado Dening.

En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Ximena Santoro sostuvo que Dening “a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura”.

Para la fiscalía, luego de asesinar a su amigo, el acusado tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, ubicado en la calle 25 de Mayo 217, en pleno centro de Quilmes, donde “se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros”, propiedad del abogado.

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