Una forma de violencia poco visibilizada 

Las regiones NEA y NOA tienen las más altos porcentajes de matrimonios infantiles. Las niñas y adolescentes sometidas a esta práctica pierden la escolaridad, son madres precoces y son sometidas a otras violencias. 

Aunque el imaginario social remite a lugares lejanos cuando se habla de uniones de niñas con adultos mayores, la práctica sigue todavía bastante extendida en amplias regiones del país, particularmente en el Norte Grande. Y urge exponerla, porque es una forma de violencia y una vulneración de derechos humanos de las que pocas veces se habla.

En Salta específicamente, la práctica se concentra en los departamentos San Martín y Rivadavia, que linda con el departamento Ramón Lista, en Formosa. Los datos surgen del  informe “Previniendo el Matrimonio y las Uniones infantiles: una forma de violencia contra mujeres y niñas en Argentina”, que la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) presentó el jueves último en una «zoomferencia» de prensa con periodistas de distintas provincias.

El llamado matrimonio infantil designa a toda unión, sea formal o informal, en la que una de las partes tiene menos de 18 años. Si ese menor de edad tiene menos de 15 años, la unión es forzada, dado que en la Argentina un niñe no puede dar su consentimiento.

En el país hay 231 mil niñas menores de 18 años casadas o en convivencia con hombres en su mayoría entre 10 y 15 años mayores que ellas, según se desprende del estudio diagnóstico cuanti-cualitativo que realizó la FEIM en el marco del Proyecto Matrimonios y Uniones Convivenciales en la Argentina, que se está desarrollando desde octubre de 2019 con el apoyo del Fondo Fiduciario de ONU Mujeres para la Lucha contra la Violencia.

Ese porcentaje de la media nacional, del 4,7%, se eleva a 7,2 en el caso de Misiones, la provincia que tiene el más alto índice de niñas casadas o en uniones informales. La provincia del Chaco, con 6,9%, se ubica segunda; le sigue Formosa, con el 6,4%.

(Elaboración: FEIM)

En un segundo grupo, Santa Fe y Entre Ríos tienen porcentajes del 5,4%; Santiago del Estero y Corrientes, del 5,3%; Salta, con un porcentaje del 5% se ubica en octavo lugar, seguida por La Rioja, con el 4,9%.

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Siguiendo los cuadros, se puede ver que en la región NOA Salta es la provincia que tiene mayor cantidad de niñas y adolescentes en matrimonio infantil, con 5.356 en esta condición.

Zona de preocupación

La presidenta de la FEIM, Mabel Bianco, destacó en la conferencia que si se analizan los datos por departamentos, Formosa queda «a la cabeza, con el departamento Ramón Lista», que junto a Matacos, lindan con el extenso departamento Rivadavia, de Salta. “Tienen una alta frecuencia y los tenemos que tomar casi como una unidad”, explicó antes de recordar que en esa zona “predominan poblaciones indígenas”.

(Elaboración: FEIM)

En Ramón Lista el porcentaje de niñas y adolescentes en uniones convivenciales es del 15,4% (206 personas) de la población total de ese grupo etario y duplica la media provincial. Más del 80% de los habitantes de ese departamento son del Pueblo Wichí.

Cruzando la frontera interprovincial, en el Chaco salteño la población indígena es también mayoritaria. Ese departamento vecino, Rivadavia, está pintado de rojo en el mapa de la FEIM que señala los lugares con mayor frecuencia de matrimonios infantiles: el porcentaje asciende aquí al 9,9%, casi el doble de la media provincial. En ese lugar se registraron 295 niñas y adolescentes en matrimonio infantil, en el Censo 2010. La mayor cantidad de nenas en esta condición se encuentra en el departamento vecino, General San Martín, donde el porcentaje es del 9,5%. El detalle de los otros departamentos donde hay casamientos de niñas puede verse en este cuadro:

(Elaboración: FEIM)

El mapa y el cuadro ilustran la persistencia de esta práctica, y también el silencio general sobre ella. «El matrimonio o las uniones convivenciales infantiles se consideran pertenecientes al ámbito familiar y privado. Los mandatos culturales y ancestrales existentes aún en muchas provincias y los roles estereotipados de género contribuyen a propiciar la persistencia y naturalización de estos matrimonios o uniones a edades tempranas en la sociedad». Sostiene una de las conclusiones del estudio de la FEIM.

Bianco insistió con lo poco que se habla de estas situaciones. «En el punto que hemos avanzado menos es en el abuso sexual infantil”. “Yo siento que avanzamos poco, siento que todavía no es un punto que el feminismo lo haya tomado como una de las banderas realmente y que es muy grave”, afirmó antes de responder a la pregunta sobre si se avanzó en erradicar esta práctica. «Creo que estamos igual o peor”, y teniendo en cuenta «el factor pobreza, que aumentó».

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Entonces refirió a estos «lugares alejados, y donde hay esos principios ancestrales, tampoco hemos hecho avances en ese campo”. Y lamentó en este sentido que «en Salta estamos preocupados porque se mueren los chicos de hambre, pero no se cambia nada» porque es más fácil hacer un pozo de agua que luchar contra estas prácticas de abuso sexual infantil.

Salta/12 consultó sobre las fuentes para el estudio de la FEIM en lo que refiere a estos departamentos de Formosa y Salta, y si consideran que pudo haber un subrregistro, teniendo en cuenta que son lugares con población indocumentada. «La fuente siempre son los datos del estudio en profundidad de la información del Censo 2010 y hemos solicitado nuevos cruces y análisis para estudiar este tema», respondió.

También la consultaron sobre cómo incluir una mirada desde los pueblos indígenas: «Solamente con la participación de ellas lo vamos a conseguir”, enfatizó. Recordó que las mujeres indígenas tienen otro pensamiento sobre algunas de estas cuestiones, “Son cosas que tenemos que compatibilizar”, si no, no va a haber soluciones, concluyó.

Una violencia que compromete la vida 

Estos datos no son nuevos en realidad porque se basan en un cruce de información del Censo de 2010 y otras fuentes como la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Bianco hizo una autocrítica: «Creo que algo que no hicimos, y ahí me siento responsable, es no haber hecho mayor mención a este tema como una forma de violencia, por eso nosotros ahora creemos que hay que insistir sobre esto: es una forma de violencia contra las niñas, y es una forma de violencia que les compromete el resto de la vida” porque dejan el colegio, van a ser madres precoces, van a incrementar su pobreza, sostuvo.

En el estudio se enumeran los problemas asociacios al matrimonio infantil: el abandono escolar, la maternidad adolescente, el aumento de la violencia de género y el mayor riesgo de infección con vih.

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El informe también recuerda que 72 niñas y adolescentes de entre 14 y 19 años fueron víctimas directas de femicidio. El 50% de esos casos fueron por vínculos entre parejas y ex parejas. Y otras 47 niñas de hasta 14 años fueron víctimas de femicidios vinculados, el 58% de ellas los asesinos fueron sus padres o padrastros y el 2% (1 caso) su pareja.

Bianco insistió en que “estas prácticas nocivas” tiene que estar en la agenda, porque hay que cambiar el sentido común que permite que todavía haya jueces y población en general que siguen creyendo que si una chica quedó embarazada es mejor que se una o case con el hombre mayor.

«El embarazo y la negación de la interrupción voluntaria del embarazo a una niña es una violencia», insistió.

Desnaturalizar

Bianco destacó que a partir de 1980 se dio un descenso de matrimonios infantiles en el mundo, pero eso no pasa en la región de América Latina y El Caribe, en la que Argentina ni siquiera aparece en los números. “Eso nos preocupa”.

También llamó la atención sobre otras prácticas violentas contra niñas y adolescentes que están silenciadas, como la mutilación genital. «La mutilación en el país no es tan importante, pero existe. Hay una fuerte inmigración sirio libanesa. Con la vuelta al islamismo de estos grupos, fundamentalmente de los hombres, ha generado esto de que se observa que hay una mayor práctica” que no se visibiliza, pero existe, sostuvo.

¿Algún país aplicó políticas públicas efectivas para erradicar los matrimonios infantiles?, le preguntaron. Bianco dijo que hay experiencias de dos tipos: “por un lado, hubo cambios, y la eliminación de las excepciones» para casar a niñas. Por otro lado, en AsiaPacífico y en otros países, «las intervenciones más exitosas han sido las que han permitido mantener a las niñas en las escuelas” y la puesta en práctica por parte de los gobiernos de medidas para ayudar a que esto se pueda llevar a cabo. «La educación sexual integral es fundamental», agregó antes de convocar a trabajar para desnaturalizar esta práctica: “Hay que decir que es una forma de violencia”.

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