El aislamiento hizo explotar la cantidad de hechos con niñas y niños que sufren abusos a través de plataformas de internet. El material prohibido termina muchas veces en la deep web

Los ciberdelitos relacionados al tráfico de pornografía infantil y abusos de menores, cometidos durante el aislamiento obligatorio ante la pandemia de coronavirus, aumentaron un 80%. Datos oficiales son alarmantes en torno a explotación sexual infantil, con bandas organizadas de pedófilos que captan a niñas y niños en redes sociales para luego someterlos, muchas veces mediante amenazas, y así conseguir fotos y videos de contenido prohibido.

El informe señala que mucha de esa «información» circula en la «Deep Web», que es el segmento más amplio de toda la Internet y en el que predomina el anonimato, donde también se incrementó la oferta de datos robados a los usuarios.

Un dato para tener en cuenta es que la «Deep Web» (Internet Profunda, en inglés), suele ser tres veces mayor a la Internet de superficie, la cual se acostumbra describirla como la punta de un iceberg.

Horacio Azzolin, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Cibercrimen (UFECI), explicó que antes del aislamiento «pasaban meses entre la captación de los datos y el uso de los mismos, y ahora ese uso es casi inmediato; lo que, en parte, obedece a una necesidad de las organizaciones criminales de financiarse rápidamente ya que no se pueden dedicar a otras actividades ilícitas».

«Tampoco hay efectivo en la calle y el dinero es virtual, al tiempo que hay más gente comprando por Internet y los delincuentes se aprovechan de eso y captan credenciales bancarias o se hacen pasar por el banco para quedarse con los datos», señaló.

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Por su parte, Daniela Dupuy, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticos (UFEDyCI) de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que esos datos se ofrecen luego en la «Deep Web», donde «ocurren muchos hechos lícitos e ilícitos -como la venta de pasaportes falsos, armas, bebés, tarjetas de créditos robadas e imágenes de abuso sexual infantil»; y «los cibercriminales tienen asegurado el anonimato».

«Esto ha aumentado con la pandemia, y especialmente los casos de explotación sexual infantil, el Grooming y la difusión de imágenes íntimas sin autorización», afirmó.

Coincidió en que en los últimos tres meses aumentó el «fraude y el robo de datos», por lo que consideró «fundamental el doble factor de validación de las cuentas de los usuarios».

En ese sentido, Dupuy remarcó el «trabajo de prevención» que realiza la unidad a su cargo, que difunde a través de la página web del Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Nación y de su cuenta de Twitter una serie de videos con medidas para prevenir esos delitos.

A su vez, uno de los ciber crímenes que más preocupa a la UFEDyCI es la explotación sexual infantil, que en marzo de este año registró a nivel nacional un total de 2.692 casos denunciados y convertidos en expedientes, mientras que en abril fueron 4.879 y en mayo 4.175; lo que significó un aumento del 80 por ciento entre el primer y segundo mes; y del 55 por ciento entre el primero y el tercero.

«Es un problema internacional, pero en cuanto a la especialización en lo referido a la investigación, Argentina está bien posicionada en la región», añadió.

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De acuerdo a los datos de la Unidad Fiscal, sólo en la Ciudad, en marzo hubo 10 denuncias por Grooming, en abril 17 y en mayo 27; y respecto de la difusión de imágenes íntimas sin autorización se registraron 21 en el primer mes, 12 en el segundo y 32 en el tercero.

En tanto, el subcomisario Maximiliano Méndez, de la Unidad de Investigaciones de Delitos Informáticos de la Policía de la Ciudad, aseguró que durante el aislamiento «se registró un incremento de las denuncias en comisarías y de intervenciones por cibercrímenes».

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