A la hora de elegir dónde y qué comer en las sierras de Córdoba, los visitantes no sólo eligen platos tradicionales sino también otras opciones que marcan una fuerte tendencia: los menús vegetarianos, veganos y sin Tacc.

Los restaurantes, bares y cafés ofrecen, cada vez más, cartas variadas con estos tipos de platos y la propuesta por el consumo saludable, crece.

Los gastronómicos revelan que hay una gran demanda y por eso deben “aggionarse” a esta tendencia.

Muchas de estas ciudades, por normativa o no, están preparadas para brindar estas opciones más saludables, otras comienzan a hacerlo.

En Sierras Chicas

Una de las propuestas es la que ofrece Calasanz, en Mendiolaza, que incluye en su carta menús vegetarianos y sin Tacc. “En el último año, explotó la cantidad de comensales vegetarianos. El 75 por ciento de las pastas que ofrecemos son para ellos”, dice Gonzalo Castellanos, dueño del lugar.

Hay platos de pastas a 2.300 pesos, wok de vegetales desde 650 pesos, verduras al horno de barro a 750 pesos, ensaladas desde 600 pesos, limonada de 1 litro, 1.000 pesos, entre otros.

En Calasanz, ubicado en Mendiolaza, explotó el consumo de pastas vegetarianas (La Voz).
En Calasanz, ubicado en Mendiolaza, explotó el consumo de pastas vegetarianas (La Voz).

Además, de la variada oferta para “veggies”, Calasanz incorporó platos sin Tacc por la creciente demanda. Y garantiza que los productos no tengan contaminación cruzada (tienen dos freidoras y parrilla separada de la cocina).

Siguiendo la ruta E-53, en Salsipuedes, se encuentra Mirá Silvina, que es un referente en la comida para celíacos, lleva 13 años ofreciendo estos platos.

“Desde que arrancamos, nuestra filosofía fue tener platos como pastas y postres sin Tacc. Están muy bien incorporados, y también para vegetarianos”, cuenta la dueña del restaurante, Marilen Debiasi.

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Dentro de los platos “veggie”, ofrece wok de vegetales con fideos de arroz a 1.800 pesos, malfattis desde 1. 800 pesos, lasagna a 2.000 pesos, ensaladas desde 1.600 pesos. Aparte de los platos, incluye pan, postres y meriendas sin Tacc.

Por su parte, Juan Díaz, dueño de Manasía, casa de té y pastelería, en Río Ceballos, explica que buscan “aggiornarse” a las tendencias. Y ofrece desayunos y meriendas sin Tacc, “que son tercerizados porque el número de celíacos es creciente”, indica.

Los precios de su carta, varían: un sándwich vegetariano cuesta 950 pesos, sándwich vegano 950 pesos, desayuno para celíacos desde 700 pesos, entre otros.

En Calamuchita

Pegado a “Mate de Luna”, una de las playas sobre el río Santa Rosa de Calamuchita, asoma “Salva Tierra fresco y natural”, un parador gastronómico motivado por la “alimentación consciente”. Ofrecen, desde jugos naturales hasta tapiocas (un taco/quesadillas a base de fécula de mandioca y sin gluten típica de Brasil).

La propuesta, de Clara Cavanagh, nació con la premisa de ofrecer comida vegetariana, fresca y natural, sin utilizar materia prima frizada ni enlatada. Es una “microruptura con los patrones de consumo”, explica.

Comenzó vendiendo en ferias e internet, y en 2017/2018 se instaló con un parador en Villa Santa Mónica, alejado del centro y con un gran entorno natural. El parador creció y sumó estructura.

En Calamuchita también se diversificó la oferta vegetariana (La Voz).
En Calamuchita también se diversificó la oferta vegetariana (La Voz).

“Buscamos desmitificar el concepto de vegetarianismo como alimento desabrido o que no me llena”, agrega. Prioriza los alimentos simples, que no representen elaboración compleja y que se consuma con las manos.

Uno de los clásicos son los jugos naturales, con fruta de estación y cortada en el momento. Algunas opciones son: batidos o jugos naturales 800 pesos, tapiocas 1.600 pesos; sándwiches con pan casero integral 1.400; omelettes 1.200.

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Desde Villa General Belgrano, Hernán Ciccone, dueño de Zula Bistró cuenta: “Apenas abrimos, en enero de 2018, arrancamos con opciones vegetarianas, y fuimos sumando otras veganas”.

En la carta hay varias propuestas veggie: un lomo vegano cuesta 2.050 pesos o una hamburguesa vegana 2.000 mil.

Entre los desayunos, está el vegano: café con leche de almendras o infusión, tostón con tofu revuelto, palta y tomate más minijugo de naranja, a 1.400 pesos.

También licuados de frutas o vegetales a 1.100 pesos y una opción vegana con leche de almendras, con un adicional de 250 pesos.

Y alimentos para celíacos: lasagna de jamón y queso (1.800), pizza individual de jamón y queso (1.200), brownies (600) y alfajores (600).

Carlos Paz, ciudad “vegana-vegetariana amigable”

En Villa Carlos Paz, desde 2018 rige una ordenanza que declara a la ciudad: “Vegana- Vegetariana Amigable”. La norma estipula que los bares, restaurantes, parrillas, fast food y cantinas escolares deben contar con dos menús veganos y dos vegetarianos para ofrecerle a sus clientes.

Entre sus fundamentos, la ordenanza señala que de ese modo se garantiza el derecho a la salud, a la igualdad y a la libre elección de consumo de productos exentos de “explotación animal”.

“Los locales gastronómicos o lugares establecidos en el artículo anterior deben colocar en el frente del respectivo local o lugar, por sobre la puerta de acceso principal del mismo y a una distancia no mayor a un metro de ella, o en algún otro lugar visible al público, un cartel con las nomenclaturas que indiquen la disponibilidad de dichos menús”, sostiene la normativa.

Pero, desde que entró en vigencia no tuvo un cumplimiento efectivo y sólo algunos locales ofrecen platos veganos y vegetarianos.

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En Traslasierra

En este valle no es difícil encontrar propuestas de comida vegetariana o vegana, si bien los municipios no la obligan, Leonardo Rodríguez, director Municipal de Turismo de San Javier-Yacanto, explica: “Nuestro valle es un destino elegido por mucha gente que pide comisa sana o alternativa, por eso quizá, ante la demanda, aquí la oferta de platos vegetarianos y veganos apareció y creció espontáneamente, y los municipios no lo exigieron”.

Así, es común encontrar en la carta “lomito vegano” u otros productos con masa madre. Y la región es productora de los insumos que esta gastronomía necesita.

“Tenemos todo para posicionar al valle como un destino saludable: se elaboran productos orgánicos de alta calidad y a costos accesibles”, dice Facundo Kahale, propietario de un Café de Montaña, en San Javier.

“Nuestro sándwich ‘veggie’ cuesta 1.000 pesos y es uno de los productos más pedidos, incluso por gente que no es vegana, porque quieren probar opciones distintas, eso me parece superador”, dice Facundo.

En el lugar, un café con leche cuesta 500 pesos, con leche de almendras el costo es de 600. Un chocolate caliente cuesta 600 pesos, y con leche vegetal, 700.

También la pastelería vegana es de interés creciente para turistas y locales. Los vinos, los aceites de oliva y otros productos alternativos crean una ruta interesante para quienes demandan lo diferente a la hora de comer y beber.

*Informe realizado por Benita Cuellar, Carina Mongi, Fernando Agüero y Miguel Ortiz.

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